Esquivando vacas de camino A Paradanta

L.Míguez

VIGO CIUDAD

Conductores de A Cañiza y Covelo denuncian la continua irrupción de animales en las carreteras de la zona

08 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Izquierda ras, mete segunda ras, cuesta hacia arriba ras, cuidado con la vaca ras... El final es un poco surrealista, pero si los pilotos fueran habituales de las carreteras de la comarca de A Paradanta, la conversación sonaría de los más normal. Y es que para los vecinos y conductores habituales de sus ayuntamientos, el problema de encontrarse vacas, jabalíes o caballos pastando a sus anchas por el arcén y moviéndose con descaro por los carriles es de lo más habitual.

Podría parecer lógico y normal, dado el carácter agrario de parte de la población de la zona, pero es que estas invasiones no se ciñen a las carreteras secundarias. Las vacas le tomaron cariño hasta a la autovía Rías Baixas, por donde no es extraño verlas protagonizar un altercado.

El último, hace escasas semanas junto al túnel de A Cañiza. En la entrada que se dirige hacia Vigo se la encontraron los responsables de mantenimiento de la zona y la policía local. No poco trabajo les costó persuadir al animal para que no entrara en el túnel, con lo que evitaron el posible caos.

Por la autovía

«El verano pasado llamaron al alcalde a las 4.30 de la madrugada porque había una vaca por la A-52, es un peligro», relata la teniente de alcalde, Helena Fernández. El peligro es constante y sus consecuencias traen de cabeza a todos.

Al conductor porque no sabe contra quien presentar la denuncia, los agentes de seguridad porque tratan de identificar al propietario del animal y los gobiernos locales porque, si el vial es municipal, al final son los que se hacen cargo del problema.

«Las marcas que llevan los caballos no están registradas en ninguna parte, así que hablas con los vecinos para que las intenten identificar, pero es muy complicado», recuerdan en la policía local de la zona.

Con las vacas el problema es similar. «Todas llevan una etiqueta identificativa, pero a ver quien es el que se acerca a anotar los 20 números que tiene el animal en la oreja», recuerda una vecina de Covelo, que de forma habitual se cruza con estos animales de regreso a su vivienda. En este concello las protestas por siniestros contra animales salvajes están a la orden del día.