Hallan restos humanos durante las obras de construcción de la ermita del monte de A Guía

La Voz

VIGO CIUDAD

23 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En junio del año 1952, se derribaba la antigua ermita de A Guía para facilitar la construcción del edificio religioso proyectado por Manuel Gómez Román. Durante los trabajos de explanación del terreno, el obrero José Miranda Ferreira encontró un ataúd en cuyo interior se encontraba un esqueleto humano. «Según dijo un señor, arqueólogo al parecer, el finado tenía más sesenta años», explicó el descubridor de los restos.

El misterio de los huesos anónimos fue desvelado en el Lugar do Crego, un viejo caserón de la calle Espiñeiro, donde desde el siglo XVII, según se explicaba en la prensa de la época, vivían los sacerdotes que decían diariamente misa en la desaparecida ermita.

El propietario de la casa se llamaba Manuel Nogueira, vivía en Andalucía y veraneaba en Sabarís. Según el explicó la casera a un periodista de El Pueblo Gallego, el cadáver pertenecía a un ascendiente del mencionado Nogueira. «Era el sacerdote fundador de la capilla hace 773 años, convertida en templo después de haber sido utilizada como faro-guía», explicó la anciana, que incluso aportó su nombre, Francisco Nogueira Maceira. «Su descendiente, el actual propietario, tiene documentos, hasta de cómo fue enterrado; en el centro de la capilla y con los pies hacia el altar», afirmó la señora, que pidió al periodista que publicara su foto para poder enviarle un ejemplar a su hijo, «que estaba en las Américas».

Anécdotas a parte, la ermita se inauguró en agosto de 1953, aunque no totalmente, ya que en años posteriores se completó la torre que en la actualidad se puede ver en la cumbre del monte.

De la anterior capilla se conservó el cruceiro y un relieve que en la actualidad se puede ver incrustado en uno de los muros del edificio.

Seminario

Aquel mismo 21 de septiembre de 1952, la prensa local se hacía eco de la posibilidad de que el seminario de Tui fuese trasladado a Vigo. Posteriormente, se confirmó que unos terrenos de la avenida de Madrid acogería el seminario mayor, quedando en Tui el menor. Durante algún tiempo se abrió una suscripción popular para conseguir fondos para el mencionado edificio.