El centro para la acogida de personas sin techo se ha visto desbordado apenas abiertas sus puertas con carácter provisional.
Las instalaciones municipales se pusieron a disposición de los ciudadanos sin recursos el pasado 16 de enero y estaban calculadas para dar cobijo durante la noche a veinte personas, tal como informó en aquel momento la concejala de Benestar Social, María Méndez.
Sin embargo, la crudeza del invierno y el incesante incremento del colectivo sin techo ha obligado a poner el cartel de completo en más de una ocasión e incluso a dejar a más de uno en la calle.
Un total de 35 personas han llegado a pasar la noche en el albergue provisional, situado en la antigua escuela de hostelería de O Berbés.
La avalancha ha obligado a adaptar el local y a juntar las colchonetas en las que duermen los usuarios para ganar espacio. Algunos han tenido, incluso, que dormir sobre una manta.
Claro que todos coinciden en que eso es mejor que nada. Al menos están calientes y resguardados del frío en un invierno tan crudo como el actual. De hecho, la mayor ocupación del centro coincide con las noches más gélidas, mientras que la media diaria se sitúa en torno a las 26 personas.
La afluencia de usuarios pone en evidencia la necesidad de un albergue público en Vigo con más capacidad que la prevista en el antiguo edificio de La Gota de leche, para el que se anunciaron solo treinta plazas. De ser así, las instalaciones públicas ya nacerían raquíticas y el problema quedaría una vez más sin resolver.