Vigo de nombre, Castro de apellido

VIGO CIUDAD

CAPOTILLO

Reportaje | La cultura castreña en el valle de O Fragoso Dentro de los límites del municipio vigués existen veintisiete asentamientos emblemáticos que se ubican entre los 21 y los 504 metros sobre el nivel del mar

13 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Si las ciudades tuviesen apellido, a Vigo le correspondería lucir el de Castro. No sólo por la denominación de su emblemática colina, sino por los veintisiete poblados castreños que reúne en su término municipal. Pocos ayuntamientos gallegos pueden contabilizar tal número de poblados de esta época, aunque la mayor parte de ellos no han sido excavados o han sido agredidos de alguna forma, incluso el del centro de la ciudad. El imaginario viaje por la ruta castreña viguesa lo haremos siguiendo la altitud de cada poblado, empezando en el más cercano al nivel del mar y terminando en el más elevado. Así que comienza el recorrido en la isla de Toralla . La cronología de este yacimiento recorre desde los siglos V-IV antes de Cristo hasta principios del siglo I después de Cristo. En la excavación de septiembre de 1990 (parte norte del castro) se detectaron dos niveles de ocupación bien definidos: el primero se sitúa entre el siglo V y el III a.C.; y el segundo del s. II a.C. hasta el I d.C. El abandono de la zona excavada fue pacífico y se produjo en el primer cuarto del siglo I d. Cristo. Tiene 2,1 hectáreas de superficie y poseía una muralla de protección de 3 metros de grosor y uno de altura. No se molesten en ir a verlo. La segunda parada se produce en el castro de As Cruces , en la parroquia de Alcabre, ubicado 23 metros por encima del mar. Dicen los expertos que es un castro de tipo marino pero que en la actualidad está casi destruido. No se aprecian sistemas defensivos porque el mar lo protege por todos los lados menos por su conexión con tierra, a través de una suave pendiente. Seguimos ascendiendo y nos vamos a Coia, donde esta el Castriño, 33 metros por encima del mar. A pesar de contar con una superficie de 120 por 80 metros, según recoge un estudio de José Manuel Hidalgo y Ricardo Viñas, está muy alterado. Un colegio en la cima También llamado castro de Outeiro o Muiño, el castro Redondo , en Navia (44 metros), está totalmente alterado por la presencia de tierras de labradío y la construcción de viviendas rurales. A 50 metros sobre el nivel del mar se encuentra el castro de Matamá . Está configurado como una acrópolis rocosa, pero su estado de conservación es malo debido a las números construcciones que existen sobre él. En este figurado ascenso por la historia llegamos al Sino, en Teis (74 metros). Todavía conserva terraplenes pero sobre su cima se construyó un colegio. Separados por 150 metros de distancia, se encuentran en Coruxo los castros de San Lorenzo (88 metros.) y O Penedo (92 metros). Para algunos autores se trata del mismo yacimiento. El primero conserva hacia el sudeste un pequeño foso defensivo y el segundo está construido sobre una plataforma rocosa. En parroquias distintas, dos castros coinciden en la misma cota de los cien metros. El primero es el de Casás, en Comesaña, consta de dos recintos con unas dimensiones totales de 190 por 160 metros. En cuanto al de Outeiro, en Coruxo, se da la circunstancia de que en una de sus faldas se puede ver un petroglifo y en la cima hay varias combinaciones circulares. En Teis, el monte de A Guía, con sus 122 metros de altura, acoge un castro muy deteriorado. Sólo hacia la parte Este se pueden intuir restos de muros. Por dimensiones era el segundo más grande. Y así llegamos a la cota 149, al histórico monte Feroso, el Castro con mayúsculas. El paso del tiempo alteró notablemente esta colina, en donde se construyó un castillo, carreteras y casas. Se trata del yacimiento galaico-romano mejor estudiado del municipio, pero no por ello se libra de la desidia que embarga a todo lo que se llame patrimonio. En la ladera de Poniente, están documentados los niveles de ocupación más antiguos, que datan del siglo II a.C. También esta zona es donde se sitúan los momentos más modernos. En el museo de Castrelos se pueden observar los numerosos objetos localizados en las diferentes campañas arqueológicas. En la parroquia de Saiáns, encontramos el castro de Estea (165 mts). Densamente cubierto por la vegetación, permite intuir sus sistemas defensivos. Posee una acrópolis y tiene un foso de 20 metros de ancho por diez de profundo. A 200 metros sobre el nivel del mar, en Matamá se encuentra el castro de Beirán, rodeado por terraplenes en su parte sur. La pendiente le sirve de defensa natural. Muy modificado por las circunstancias, el castro conocido como Plaza dos Mouros, en Candeán (215 metros), sólo permite intuir que tuvo un foso defensivo. En Becerreira, Cabral, se encuentra el Castriño (219 metros de altura). Tiene planta ovalada pero está bastante alterado por la presencia de caminos y tierras de labradío. Le toca el turno ahora a Arieiro (235 mts), en Bembrive. Este fue el último castro que se descubrió en Vigo. El recinto superior tiene una forma semicircular y está rodeado por terraplenes. Se pueden observar restos de murallas de piedra, un foso y un parapeto en su zona septentrional. Sin salir de Bembrive encontramos el monte do Castro (264 mts), también conocido por la Xestosa. El recinto superior tiene forma ovalada, las defensas están constituidas por terraplenes, murallas, parapetos y fosos. Murallas y fosos El castro de Barrocas, en Valladares, con 277, tiene una corona elíptica y en su parte superior está defendido por terraplenes. Tiene en una de sus laderas, un antecastro con restos de murallas, pero muy alterado por las tierras de cultivo. En el barrio de Sobreira, en Valladares, se encuentra Os Castros (280 m.), un yacimiento que cuenta con un foso de 14 metros de profundidad y 25 de ancho excavado en la roca base. Y superamos ya los 300 metros de altitud. En Cabral, está el castro de Carballal, protegido por un terraplén que lo rodea totalmente. A 325 metros sobre el nivel del mar se encuentra el castro de A Madroa. Totalmente alterado en su parte superior, el yacimiento está defendido por fuertes pendientes naturales. También en Candeán, se encuentra el castro de Freiría (370 metros). Situado a 454 metros de altura, en Coruxo, Castro Chouzo es un yacimiento escasamente estudiado.