Nueve clientes del Café Uf crean una cooperativa para salvarlo del cierre

Begoña Rodríguez Sotelino
Begoña R. Sotelino VIGO /LA VOZ

TUI

M.MORALEJO

El local, con 38 años de historia, reabrirá este mes tras unas puntuales reformas

04 ago 2021 . Actualizado a las 19:00 h.

Vigo casi pierde otro local de referencia. El Café Uf, uno de los más longevos y de los más activos en cuanto a actividad cultural, ha estado a punto de cerrar sus puertas para siempre. Así lo habían decidido sus responsables, Paco Araújo y Luis Feijoo, que tomaron la determinación de dar carpetazo al negocio tras cerca de 40 años de actividad. El local ubicado en la calle Placer número 19, uno de esos lugares tan gratos para conversar, está ahora cerrado, pero dentro bullen nuevos proyectos.

La salvación llegó in extremis y, curiosamente, estaba al otro lado de la barra. En vez de lamentarse de la pérdida, un grupo de clientes se organizó para que no desapareciera su espacio de encuentro favorito. Los propietarios habían decidido traspasar el negocio, pero con el panorama actual, no le salieron muchas novias. De hecho, como cuenta Paco, su marcha está un poco relacionada con la situación del sector: «Tal como se está poniendo la hostelería, nos apetecía alejarnos un poco de ese ambiente y pensar en otro proyecto más sosegado», reconoce.

Afortunadamente, allí estaban los fieles para el rescate, aunque tampoco era plan embarcarse en una empresa solo por amor al arte. Así, y tras darle muchas vueltas, surgió la idea de la cooperativa a la que se unieron nueve personas. El cambio de propietarios al flamante Uf Negra Sombra SCG (Sociedade Cooperativa Galega) se ha articulado entorno a esta figura, una fórmula que por otra parte, le pega mucho a un local que siempre ha llevado una trayectoria vinculada a causas libertarias y modelos de justicia social. No fue fácil. Más que nada, porque cuando empezaron con el papeleo se encontraron con que no había precedentes de la fórmula legal que eligieron. «En las gestorías no sabían muy bien cómo hacer porque no se les había presentado un caso así antes», explica Diego Mouriño, que según asegura, se trata de «la primera cooperativa gallega de hostelería que se ha creado en la comunidad».

En su caso, además de socio, será trabajador cara al público junto a otro compañero, algo que no le resulta nuevo, ya que como recuerda, trabajó en el Uf durante 7 u 8 años y está familiarizado con el empleo de camarero al que regresa tras ser profesor y haber vivido en Estados Unidos.

La idea que tienen, a grandes rasgos, es continuar con la esencia del Uf y su oferta cultural, «porque nos parece importante mantenerla para que para una ciudad como Vigo disfrute de lo que llevaban tantos años haciendo. Nos daba mucha pena», cuenta. Ellos Pretenden funcionar con los horarios que tenía hasta ahora, aunque ahora no saben cómo serán debido a la pandemia. Lo mismo les ocurre con la programación cultural, conciertos, charlas, ciclos de cine o exposiciones que están deseando poner en marcha, pero está en stand by debido a la situación epidemiológica, que condiciona los eventos en cuanto a aforos.

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Por otra parte, incorporarán alguna novedad, como el refuerzo de su carta con desayunos y añadiendo la posibilidad de picoteo de tarde, manteniendo lo que ya tenían: cafés, infusiones, cervezas de importación, etcétera. También seguirá manteniendo su frondosa terraza e incluso se abrirá un acceso desde la planta inferior. El local se mantiene como estaba tras una serie de pequeñas reformas, como el pintado y el reemplazo de la instalación eléctrica, y su intención es reabrir este mismo sábado, aunque depende de varios flecos. «En todo caso, lo anunciaremos en Facebook y en la puerta del local». El Uf, que enfilaba la extinción, abraza un final feliz, o al menos no tan triste, uno de esos que ocurren en tan pocas ocasiones que parecen pura ficción. Uf, ¡menos mal !