Para quien no esté familiarizado con la cosmética vegana, Anziani aclara que no usa ningún ingrediente que sí se puede utilizar en la natural, «como la leche de burra o la miel», ejemplifica. En este caso, emplean elementos como el aloe vera, el ácido hialurónico a partir de la hidrolización del maíz o un tipo de alga que regenera el colágeno de la piel. La CEO de la firma independiente opina que aunque España está a la cola en Europa en el terreno del veganismo, tanto en alimentación como en productos de belleza, limpieza e higiene, «desde que empecé ha avanzado mucho y el interés de la gente es cada vez mayor». Los animales, así, viven un poco más tranquilos, aunque aclara que no solo reivindica esta filosofía por salud sino también por sostenibilidad. «Lo que busca la cosmética vegana es mantener a los animales los lejos de la producción si hay alternativas para que no sean explotados ni sufran», resume.
Un poco de historia.
De la tierra del fin del mundo a O Porriño y Tui . La elección de la denominación patagónica para su marca no es casual, porque Lissette dejó una tierra del fin del mundo en el sur del globo para estar cerca de la otra, al norte. La joven empresaria lleva 15 años en Galicia y ha vivido en Vigo y en Nigrán antes de asentarse en Tui. Su relación con Galicia le viene de su empleo en la planta de Pescanova en la Patagonia chilena: «Tenía 26 años y aunque es preciosa, no me quería quedar allí. Me vine a probar suerte, sin nada arreglado, a buscar trabajo en la central de Pescanova aquí, pero no había vacante y entré en el CTAG con una beca por seis meses».