Tiene seis años y 16.000 botellas

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

TUI

Un abuelo de Tui colecciona vinos desde que nació su nieto como legado

28 feb 2021 . Actualizado a las 01:18 h.

Los niños nacen con un pan debajo del brazo, reza la sabiduría popular, pero Nico vino además al mundo con una bodega y diez acciones del Celta. Daniel Rodríguez, su abuelo de Tui, puso a su nombre ese patrimonio en cuanto le comunicaron su llegada al mundo. «Mi nieto nació el 6 de abril del 2014 y ese mismo día le dije que le iba a montar una bodega. La comencé a hacer justo entonces y, a la vez, lo convertí en el accionista más joven del Celta», explica el espléndido abuelo. Daniel había comenzado su colección particular tres décadas antes así que tenía ya un buen fondo que, a día de hoy, se ha multiplicado en cantidad y calidad.

A sus casi siete años, en la bodega de Nico Rodríguez, descansan más 16.300 botellas de Oporto, aguardientes antiguos, tintos, (Rioja y Ribera del Duero), otros vinos de cuarenta países distintos y una amplia y selecta selección de grandes destilados, con las mejores marcas de whisky o coñac. Se llama A Bodega do Roxo, en alusión al sobrenombre de la familia, originaria de la parroquia de Malvas y está en un céntrico bajo de Tui en el que su abuelo ha ido recopilando tesoros y antigüedades para su nieto.

No tiene precio. El valor de cada pieza es único porque cada botella, corcho, libro, copa, decantador, cuadro o escultura de su bodega cuenta una historia distinta ya que la colección de Daniel se nutre de sus viajes. Hombre de su familia y amigos, amante también de las fiestas y, ahora ya con tiempo para dedicarse a ellos de lleno ya que está jubilado, el artífice de esta bodega disfruta buscando y consiguiendo cada pieza de la bodega que comparte con su nieto.

Por su valor sentimental, Daniel destaca las botellas que se trajo de una comida con unos amigos en la localidad lusa de Ourém. Fue hace treinta años y son tres botellas de Periquita, de nueve litros cada una, que el dueño del restaurante tenía en exposición. El capricho le costó más que la comida, pero en su bodega luce en un sitio preferente este tinto de 1987 por el que pagó 52.000 escudos de la época. En este apartado de grandes momentos compartidos con familiares y amigos, incluye un tinto de 1928 que le regaló el vigués Javier Sensat, fundador del mayor grupo empresarial pesquero de España y que costaba 18 pesetas, según recoge la etiqueta perfectamente conservada.

De un viaje a Italia se trajo cinco botellas precintadas de Brubello Di Montalcino, un tinto de la Toscana. Fue también hace muchos años pero hasta que puso en marcha esta bodega no se percató de que una de las cajas pesaba menos que las demás. «Resulta que una de las botellas de 5 litros venía vacía aunque perfectamente precintada. No me enteré hasta diez años después, pero el valor es aún superior», explica.

«Es un vicio caro», reconoce con humor confesando que de cada viaje se trae «lo que me deja mi mujer». De su última escapada a Madrid, antes de la pandemia, se trajo un coñac de Larios de 1886 y sabe bien cuáles son sus próximos objetivos. «Quisiera tener un Noval Vintage y un tinto de Pêra Manca», deja caer en vísperas de que se alivien las restricciones de movilidad. «Como la bodega no es mía yo no puedo vender ninguno, pero sí seguir comprando», advierte. Por precio, las joyas de la corona son varias botellas de un Oporto de 1815 cuyo precio por unidad ronda los 5.000 euros y sigue creciendo a la par que su nieto.

«Ti aprende a sumar e a multiplicar que a dividir e a restar xa che ensinará a vida», recuerda que le enseñó su profesor José cuando él no superaba la edad que tiene ahora Nico. Este aventajado alumno que sigue poniendo en práctica la lección fundó en 1975 uno de los cinco supermercados de la ciudad, «el único con góndola, el único abierto al público», recuerda. «Vendíamos de media 8 toneladas de bacalao al día», explica. Llegó a tener 26 supermercados entre España y Portugal. Tan al dedillo sigue el consejo que ya está acabando una segunda bodega en Malvas.