El proyecto pretende asegurar el patrimonio religioso del municipio y facilitar su acceso y estudio
16 dic 2020 . Actualizado a las 00:50 h.El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, financiará la segunda fase de actuaciones en el conjunto catedralicio de Tui para su adaptación de usos museísticos, aportando 586.530 euros, una cifra que representa el 75 % del coste total. Este ambicioso proyecto arrancó en el 2015 con el objetivo de asegurar los fondos de los museos religiosos del municipio y facilitar su acceso y estudio. La actuación prevé trasladar al palacio episcopal el museo diocesano y abrir las instalaciones al público. Se trata de un proyecto que promovió la Consellería de Cultura que posibilitará destinar varias estancias del palacio a espacios expositivos que permitan mostrar tesoros ahora guardados en la catedral. El plan incluye el traslado del los archivos capitular, de curia y el histórico diocesano, unificados desde el año 1974 para facilitar la investigación, al edificio del actual Museo Diocesano, en el entorno de la catedral, antiguo hospital y residencia de las Franciscanas Blanquitas. Sus fondos documentales, cubrirían dos kilómetros y diez siglos de historia, pero en la actualidad está colapsado por la falta de espacio. En los fondos de pergaminos hay privilegios reales, bulas papales y foros y testamentos. Entre ellos, figura un privilegio original de 1071 firmado por doña Urraca, uno de los apelativos con el que se nombra la ciudad. Para fomentar el acceso al palacio, dentro del claustro catedralicio, se construirá un ascensor. En la primera planta habrá una pequeña biblioteca y sala de consulta. En las entreplantas primera y segunda estarán las salas de exposiciones. El plan incluye restaurar la cubierta del edificio, sanear las fábricas y mejorar los aseos.
El museo diocesano de Tui que se trasladará alberga piezas únicas y originales. Entre ellas están los cinco paneles con los catorce sambenitos de la Inquisición, únicos en España. Estos valiosos documentos históricos, restaurados y colgados ahora juntos en una pared, corresponden a personas concretas, herejes encausados ante el tribunal eclesiástico de la Inquisición durante el siglo XVII.