Multada por cruzar la 'raia' para trabajar

Monica Torres
mónica torres SALVATERRA / LA VOZ

TUI

cedida

Tras semanas pasando por Tui, una funcionaria la amenazó con detenerla

16 jun 2020 . Actualizado a las 01:35 h.

El trabajo de Cecilia Puga, profesional de Arbo, con un salón de peluquería en Melgaço, se volvió de alto riesgo el 4 de mayo, cuando le dijeron que podría reabrir su negocio pero, además de con los recortes de aforo y la preceptiva inversión en los sistemas de adaptación sanitaria, con un rodeo diario de más de 100 kilómetros, porque solo podía cruzar por el puente de Tui. En línea recta, su peluquería se encuentra a poco más de un kilómetro de su casa. Tuvo que cambiar toda su dinámica personal y profesional porque desviarse sumó horas a su trabajo, unos 200 euros de combustible más al mes y pasar a trabajar en horario continuo, porque ni ella ni su empleada podían permitirse 200 kilómetros más para comer con sus familias.

A todo ello se ha sumado una amenaza de detención y una multa de otros 250 euros por, supuestamente, no llevar la guía de circulación. Durante semanas, los profesionales del Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) chequearon sus papeles y no tuvo ningún problema. La situación cambió el 4 de junio, cuando una guardia del SEF le dijo que no servían sus papeles. «Me decía que yo tenía que demostrar que mi empresa aún estaba abierta para que valieran mis papeles de trabajadora transfronteriza. Allí me tuvo cinco horas e incluso conseguí demostrárselo con una aplicación móvil, pero su trato fue como si fuera la frontera de México y Estados Unidos», recuerda.

Desde entonces, asegura, no ha podido volver a conciliar el sueño por la tensión de tener que cruzar y encontrarse con esa pareja de guardias. «Fui varias veces al puesto de Cooperación Policial de Tui y me decían que todo estaba en regla, pero al llegar de vuelta, la misma funcionaria me echaba para atrás hasta que literalmente me dijo que si intentaba volver a cruzar, me detenía».

Cuenta que la agente la hizo pararse en el arcén y llamó a la Guarda Nacional Republicana, que le puso una multa por no llevar un documento que se llama guía de circulación. «Era esperpéntico porque no me dejaban pasar y me amenazaron con detenerme por, supuestamente, no acreditar con mil papeles que soy trabajadora transfronteriza pero, con la misma, me meten una multa por no llevar un papel que, en teoría solo han de llevar los trabajadores con coche de empresa», explica Cecilia Puga.

Ese día llevaba el coche de su marido porque el suyo no estaba bien, pero en el de ella sí estaba la guía de circulación porque hace varios años, cuando saltó esta polémica internacional, la tramitó, tras otra multa. 

En casa de clientas

Ni ella ni su empleada fueron capaces de volver a sus casas ese día por no cruzar el puente de nuevo. Las clientas las acogieron en sus casas y durmieron allí para poder trabajar el sábado sin que les quitara el sueño el miedo a que estuvieran los mismos funcionarios y acabaran arrestadas. Cecilia Puga, descendiente de portugueses y con un negocio al otro lado de la raia desde hace 19 años, dice que denunciará a esa funcionaria y que recurrirá la multa.

Lo denuncia, dice, para que nadie más sufra estos presuntos abusos de poder. «Pero también quiero poner así en valor y agradecer la labor que tanto todos los demás agentes de la SEF la GNR, la Policía Nacional y la Guardia Civil desarrollan a diario y nos están facilitando que esta durísima situación sea algo más llevadera», afirma emocionada por poder volver a cruzar su puente de Arbo mañana. «Cuando me enteré de la reapertura me sentí como si me hubiera tocado la lotería», reconoce.