Goyo Jiménez jamás ha puesto un pie en EE.UU., pero lleva 15 años sentando cátedra sobre lo que allí sucede. Este mes hace gira gallega con «Aiguantulivinamérica 2»
01 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Erudito, docto y formado, Goyo Jiménez representa, como quizá solo Faemino y Cansado son capaces de hacerlo, a la vieja e ilustrada escuela del humor absurdo español, esa que tanto le debe a la narrativa oral y escrita gallega. No en vano, Wenceslao Fernández Flórez es su escritor favorito. «Si no fuese manchego me gustaría ser gallego», me dijo en una ocasión.
-¿Por qué?
-Porque estoy convencido de que el humor es un invento gallego, al menos en este país. La retranca, esa inteligencia para jugar con el doble sentido de las cosas, nos llegó por vía gallega. Yo tuve una bisabuela de Tui y a eso me aferro para justificar determinados comportamientos míos. Por ejemplo, no me gusta que se sepa si estoy alegre o estoy triste. Llevo mi santa compaña por dentro y juego con eso.
-Vayamos al espectáculo. ¿No es muy arriesgado hoy querer vivir en América?
-Es bastante complicado, sí. Pero sigue siendo el mejor país del mundo. Por eso levantan muros. Para protegerse de indeseables como yo. En realidad, hoy es complicado y peligroso vivir en cualquier parte. Se está poniendo el mundo imposible para vivir.
-Han pasado 15 años desde que estrenó «Aiguantulivinamérica». ¿Qué ha cambiado en este tiempo aquí y allí?
-Que hemos perdido el pudor. El ser humano, de natural, es un delincuente y un criminal, pero solía disimularlo. Ahora ya no. Ya no nos preocupa porque se ha perdido el criterio, solo queda el fanatismo.
-¿Sigue sin haber ido nunca a EE. UU.?
-[Se ríe] Fíjate que he ido a actuar a Nueva Zelanda, que es lo más lejos que se puede ir a actuar, porque ya lo demás es volver. Pero a EE.UU. aún no. Espero ir en el 2020. Va a ser mi particular Xacobeo.
-Está muy en boga otro de sus temas recurrentes, la españolidad. ¿Cuál es el mito español que más daño nos hace?
-El cainismo. Ese afán por culpar al otro, por exorcizarnos a través del vecino.
-Le interesan los griegos, el teatro clásico, los filósofos, la ciencia... ¿Se siente el rarito del camerino?
-Pues sí, siempre he sido raro. Pero, vamos, con intención además. Hay gente que deseamos tanto ser genios que hacemos todo lo posible por parecerlo.
-¿Y de niño era el chistoso de la clase?
-Realmente, lo que siempre he sido era el mayéutico, el tocapelotas, el que ponía en solfa todo lo que se establecía. No me gustaba hacer la broma por la broma. Siempre me podía el hacer de abogado del diablo. De hecho, estudié Derecho aunque nunca me he colegiado ni he ejercido. Soy lo que se llama un jurisprudente.
-¿Más «juris» o más prudente?
-Más juris. En este caos en el que estamos solo la ley nos puede salvar. El problema es decidir si la ley es justa o no lo es.
-Se ha definido como un «policía de lo absurdo». ¿Qué situación vista o vivida en su patrullar se lleva la palma?
-Pues mira, la situación actual. Estar con las enésimas elecciones en un plazo de tiempo ridículo para probablemente sacar el mismo resultado que salió en abril.
-Otra cita suya: «El humorista que se compromete públicamente se estropea como humorista». ¿Ni siquiera en tiempos como estos se justifica el compromiso?
-Te puedes comprometer políticamente. Lo que no te puede comprometer es partidariamente. Y menos ahora, que los partidos son bandas organizadas en torno a una serie de cálculos electorales que nada tienen que ver con los problemas reales de la gente. Si les preocupara algo el bienestar de la gente, habrían pactado.
VIGO TEATRO AFUNDACIÓN JUEVES 7, 21.00 DESDE 15,90 EUROS ??? A CORUÑA TEATRO COLÓN VIERNES 8 (21.00), SÁBADO 9 (19,30 Y 22.30) Y DOMINGO 10 (19.30) DESDE 18,70 EUROS