Ladrones armados con pico y pala arrancaron de la pared una caja fuerte con 5.000 euros
23 oct 2019 . Actualizado a las 22:34 h.Los centros educativos suelen ser un blanco fácil para los ladrones de poca monta que, forzando persianas o ventanas, se cuelan de noche en busca de equipos informáticos que revender. Pero el instituto San Paio de Tui ha sufrido un robo insólito en la comarca y mucho más estudiado.
Ha sido un golpe a pico y pala, perpetrado en la madrugada del miércoles. Los ladrones consiguieron huir del escenario con la caja fuerte del centro que arrancaron a golpes de la pared en la que estaba empotrada. Como si fuese una película de dos horas de duración, los ladrones se dieron a la fuga con la caja, en la que había 4.800 euros, dejando tras de sí daños materiales que elevan las pérdidas totales hasta los, aproximadamente, 10.000 euros, según una primera valoración del director, Alfonso Ruso.
El escenario semeja al de una obra de construcción o derribo. La maquinaria pesada con la que tuvieron que acceder al centro es uno de los aspectos más sorprendente pero no el único. Solo tuvieron cincuenta segundos para romper, también a golpes, la central de alarmas tras conseguir abrir, posiblemente con una ganzúa, la puerta principal del instituto y lo hicieron llevándose además por delante otra puerta, con cerradura blindada, que daba acceso a la sala en la que estaba la centralita. Los ladrones evitaron así que saltaran los sensores de movimientos y camparon a sus anchas por el instituto dejaron un rastro de ladrillos y piedras.
No se interesaron por nada que no fuera dinero en metálico. «Todo tipo de armario que atoparon no camiño e que estaba fechado, eles reventáronno e tiraron ó chan todo o que había dentro, incluso numerosos ordenadores», confirma el director. Incluso en su despacho había otros dos ordenadores que ni siquiera habían desembalado aún y que tampoco tocaron.
La velocidad con la que desactivaron los sensores de movimiento hace pensar a la comunidad educativa que fue un robo planificado y que sabían la ubicación de la centralita. Será la Guardia Civil, que ya inspeccionó las instalaciones educativas, la que determine estos extremos pero, de antemano, todo apunta a que conocían bien el escenario. «Foron dúas as portas blindadas que tiveron que botar abaixo porque a caixa forte estaba tras outra. Viñeron preparados porque reventaron a parede co pico e fuxiron con ela», señala el director del instituto San Paio.
La comunidad educativa agradece especialmente que no hubiera nadie a esas horas en el centro. Tampoco el bedel, que aunque vive en la planta baja, reside en la otra ala del edificio. Él escuchó un ruido sobre las seis de la mañana y, al enceder las luces, pudo fijarse en cómo un vehículo se fugaba a gran velocidad.