Tui presume de herejes judaizantes

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

TUI

Oscar Vázquez

El Museo Diocesano exhibe los únicos sambenitos de la Inquisición que hay en Europa

09 ago 2019 . Actualizado a las 13:29 h.

Colgarle el sambenito (o ponerle el Sambenito) a alguien es un modismo que se ha mantenido a través de los siglos. Pero Tui es el único lugar de toda Europa en el que, a día de hoy, se pueden contemplar esos letreros que el tribunal eclesiástico de la Inquisición ordenó colgar en las iglesias (en este caso en la catedral), con el nombre y castigo de los penitenciados y que comparten nombre con la prenda de ropa, capotillo o escapulario con el que se les vestía para leerles su condena. La capital miñota guarda los catorce únicos sambenitos impuestos por la Inquisición. Son la joya principal del Museo Diocesano de Tui que, tras cinco años cerrado, ha reabierto sus puertas durante este verano.

En él no hablan las piedras, pero casi. Porque el historiador e investigador Suso Vila las interpreta durante la visita guiada que hace a diario para cuantos esperan tras la puerta al mediodía. «Aunque estuviera vacío, el edificio en es ya una joya artística en sí misma, porque es el hospital barroco de mayor tamaño y mejor conservado de Galicia y uno de los mejores museos eclesiásticos de Galicia, que funcionó como hospital de pobres y peregrinos durante 800 años», explica Vila en cuanto se sobrepasa el umbral. El interior se distribuye en tres plantas con un imponente patio central barroco, «con arcos y balaustres sobre los que descansaron peregrinos desde el siglo XII».

El responsable del circuito recuerda que ya en la documentación medieval se menciona este hospital al que acudían peregrinos de toda Europa y que solo dejó de funcionar como tal hasta que en la década de los años 20 se trasladó la actividad al edificio que ahora se conoce como Área Panorámica. En la planta baja, desde la capilla abierta para que los enfermos escucharan la misa y oración, explica el guía, hay dos salas especiales. Una para los notarios eclesiásticos y otra para la cárcel de la iglesia.

Tras la sala de la cofradía de San Telmo está la de la cultura celta, ya que en la época castreña «Tude aparece como capital de los Grovios, cuyo territorio se extiende desde el Miño hasta la ría de Vigo». El casco de la vitrina centra el mayor interés. «Es de bronce y del siglo IV antes de Cristo, uno de los pocos cascos celtas que hay en toda la península y se halló en el río Miño a la altura de la parroquia de Caldelas», informa al grupo el historiador. También hay otros símbolos decorativos, hachas prehistóricas que abarcan el período comprendido entre el 25 y el 15 milenio antes de Cristo y que «son ofrendas a las diosas del agua como Navia o Deva». En la antigua cocina del hospital hay expuesta una colección de cepillos de madera policromada. El historiador enfoca después el interés en dos piezas. «Son de gran valor tanto la Virgen con el niño, del artista renacentista Juan de Juni, como la cruz parroquial de O Porriño, autoría del platero converso Joâo de Sousa que trabajaba para la diócesis en el siglo XVII».

Este verano es, además, la primera vez que se puede ver un cuadro idéntico al que hay en el Museo del Prado: «Se trata de La Virgen y el Niño, original de Alonso Cano y que ha sido posible recuperar y restaurar gracias a Andrés Fuertes, el director de este museo y delegado de Patrimonio de la Diócesis de Tui-Vigo».

En la última planta, en la sala donde cirujanos, administradores y enfermeros trabajaron durante siglos, están doce de los catorce sambenitos, porque dos se trasladaron a la catedral. Su lectura es sobrecogedora. «Son los lienzos reales del siglo XVII impuestos a las personas que la Inquisición castigó. Su herejía era practicar el judaísmo, se castigaba toda disidencia religiosa y se colocaban para avergonzar a toda la familia. Eran herejes con antecedentes religiosos».

Plaza de San Fernando.

De lunes a jueves a las 13.00 horas y los viernes a las 20.00 horas.

Precio simbólico: 1 euro

Todas. Una vez al día.