El fiscal pide prisión para cinco hijos del rey de los gitanos por los incidentes ante los juzgados de Tui

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

TUI

M. Moralejo

También solicita una indemnización para un guardia civil

12 mar 2019 . Actualizado a las 09:41 h.

Casi cinco años después de los incidentes ocurridos a las puertas de los juzgados de Tui a raíz de la puesta en libertad de un guardia civil y un agente forestal por unas supuestas amenazas a Olegario Giménez Morón, el llamado rey de los gitanos, cinco de sus hijos -Sinaí, Juan Pablo, Marino, Saúl y María Consuelo Giménez Jiménez-, así como una familiar, se sentarán en el banquillo de los acusados en Pontevedra el próximo 27 de marzo. El fiscal solicita penas que se mueven entre el año y medio y los cinco años y seis meses de prisión (dos años y medio de cárcel y 4.320 euros de multa por obstrucción a la Justicia, idéntica pena de prisión por lesiones, año y medio por atentado, y una multa de 160 euros por una falta de maltrato). Además, el ministerio público sostiene que se deberá indemnizar con nueve mil euros a un guardia civil, así como con dos mil euros a un compañero de este por las lesiones sufridas la noche del 30 de abril del 2014.

En este punto, desde la Fiscalía se incide que aquel día decenas de personas se concentraban en la plaza de la Inmaculada de Tui interesadas por conocer el destino judicial de los dos detenidos (se da la circunstancia que en enero fueron absueltos de las supuestas amenazas al patriarca de los Morones). Con este trasfondo, dos guardias civiles de paisano realizaban una grabación en vídeo. Uno de los hermanos, que los conocía, se dirigió a ellos para, acto seguido, propinar varios empujones al que manejaba la cámara «conminándole a que dejaran de grabar, lo que tuvieron que hacer».

Ya pasadas las diez de la noche, nada más tener constancia de la puesta en libertad de los arrestados, el letrado de uno de ellos abandonó el edificio judicial tudense. Desde el ministerio público se mantiene que Juan Pablo, «con el propósito de castigarle», ordenó a varias personas «que fueran a por él».

De este modo, tres de los acusados, sin que los agentes pudieran protegerlo, alcanzaron al letrado y lo agredieron haciéndole caer al suelo, donde continuaron golpeándolo. El abogado sufrió distintas lesiones, como fracturas en arcos costales y contusiones hepáticas teniendo que ser hospitalizado en un centro médico.

Casi simultáneamente, dos guardias civiles de paisano trataron de mediar en la agresión al abogado anunciando su condición de agentes a gritos. No les sirvió de nada. La Fiscalía reseña cómo fueron atacados, al tiempo que sus compañeros del instituto armado constituían un cordón entre las personas que se concentraban en la plaza y el letrado.

En un momento dado, «un numeroso grupo de personas se abalanzaron sobre los agentes empujándolos y golpeándolos». En este punto, se remarca que uno de los hijos del rey de los gitanos golpeó con un paraguas en la cabeza y el hombro de un agente, mientras que tres de sus hermanos la emprendían a empujones y patadas con distintos guardias, al tiempo que volaban botellas de agua en dirección a los funcionarios.