El único parque natural de la provincia estrena seis cabañas para alquiler

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

TUI

Los alojamientos de Aloia Nature están en el corazón del pulmón de Tui

11 oct 2018 . Actualizado a las 10:19 h.

El primer parque natural de Galicia, el del monte Aloia (Tui), es ahora pionero en la creación de un alojamiento forestal. Aloia Nature, que así se llama el conjunto de cabañas que abre sus puertas con el otoño en el entorno del Alto do Castro dos Cubos, apuesta por una nueva forma de usar el monte sin explotarlo. El complejo se encuentra a media altura de subida a la cima del monte y ofrece seis apartamentos sobre un mirador privilegiado para disfrutar del bosque a pleno pulmón.

El tudense Nicolás Lorenzo Montes es el emprendedor que, con 43 años, pone en marcha esta nueva oferta hostelera. Ha dedicado los últimos cuatro años a luchar por este proyecto, aunque realmente la idea comenzó a gestarse quince y el resultado evidencia que también es un constructor de sueños. «Siendo niño venía aquí mucho a pasear con los perros, siempre me encantó el lugar», recordó ayer. «Tenía fijación con este sitio, me conquistó», reconoce con ese brillo que solo luce en los ojos de los enamorados. Por ello, aunque se licenció en Historia, hizo un curso en el que tenía que preparar un proyecto económico. «No lo dudé y, sobre el papel y con mi primo Manuel Montes, transformamos la finca Transbandeira en un parque de aventuras», explica.

Superó el curso con nota pero el proyecto durmió en un cajón hasta que hace cuatro años «supe que debía y podía pensar en un nuevo proyecto de vida con mi familia». La entidad local menor de Pazos de Reis despertó de nuevo aquella inquietud latente cuando le ofreció una posible cesión de terrenos sobre los que ahora «tras un largo recorrido, imposible sin el respaldo y apoyo de la entidad, la dirección del parque natural y el Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) Baixo Miño ha podido darle forma a su sueño.

Brétema, Lenda, Fervenza, Esquío, Píntega y Curuxa son los nombres de las cabañas, bautizadas con la ayuda de sus hijos Manuela y Héctor, los primeros niños en disfrutar de este mágico entorno. «Imposible llegar hasta aquí sin el respaldo absoluto de mi mujer y mis hijos», tiene claro el promotor de su propio sueño.

Todos los nombres, al igual que el del proyecto, los materiales o los diseños empleados se centran en su querencia por el bosque. «Los de animales son estudios, con una capacidad media de cuatro cinco personas, pensados más para familias o grupos», indica Lorenzo Montes. Brétema, Lenda y Fervenza son las cabañas elevadas, «diseñadas más para parejas con un hijo». En estas hay todas las comodidades de un hotel de lujo, incluyendo el yacusi en la de Fervenza, que es la suite, pero con el valor añadido de estar en el corazón de un parque natural. Todas disponen de climatización, chimenea y calefacción.

«Estamos en mitad de la ladera, a diez minutos a pie está el Castro dos Cubos, desde aquí parten todos los senderos forestales y además hay rutas para bicicletas y con caballos», indica Nicolás Lorenzo. La capacidad total del conjunto es de unas 20 o 25 personas. «Creo que es atractivo para todo tipo de público, siempre y cuando le guste la naturaleza y el aire puro, claro está. Desde parejas, a amigos, familias que quieran desconectar o reunirse o cualquiera que quiera disfrutar a solas de este entorno», apunta el responsable de las instalaciones. Tiene dos empleados así y la mucha mano de obra que hay detrás, «con amigos verdaderos, que me han ayudado a construir todo esto».

El 40 % revierte en otros planes de regeneración en el mismo monte

«Cuando dije que iba a asumir este proyecto hubo quien se asombró, la finca estaba a monte, incluso con construcciones de ladrillo muy deterioradas. Pero en cuanto conseguimos limpiarla, entendieron mi fijación», bromea Nicolás Lorenzo. Hay nombres propios que a escasos días de la apertura, tiene muy presentes. Agustín Martín, con el que comenzó el proyecto pero al que la vida le llevó por otros derroteros o Gonzalo Puerto. «Cuando vino aquí el otro día, el ex director del Parque me recordó que fui el primero en ir hablar con la junta rectora antes de pensar en montar algo, y ellos fueron un revulsivo». Es un proyecto de desarrollo sostenible que además de promover la economía local favorece la protección del entorno ya que parte de la cesión se reinvierte en el propio monte. «Es una concesión pública a 25 años, a el 60 % se lo queda la entidad local menor de Pazos de Reis y el resto la Xunta para que revierta en proyectos de regeneración forestal aquí mismo», explica.