Una medalla de plata en Europa que vale oro en Paramos

Monica Torres
m. torres TUI / LA VOZ

TUI

Emilio

Una vecina afectada pujó por la insignia que donó el policía Avelino Martínez para luego devolvérsela

10 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Más vale honra sin barcos». La sentencia más aclamada del vigués Méndez Núñez abandera la lucha que a diario enfrentan las víctimas de la explosión de Tui. Avelino Martínez y Laura García protagonizan una de esas historias que comenzaron a escribirse tras el fatídico 23 de mayo. Los dos estaban esa trágica tarde en Paramos y, aunque posiblemente se cruzaron entonces, no se han conocido hasta que les unió una subasta en la que los dos apostaron por las víctimas. Avelino Martínez, uno de los primeros policías que llegó a aquel escenario «dantesco», pensó también en sus vecinos y amigos cuando el pasado 21 de septiembre consiguió la medalla de plata de Judo en los juegos europeos. «En cuanto me la impusieron allí en Algeciras, dije que iba a ser para Paramos», recordaba ayer. Poco después la donó para la Fiesta del Motor que se celebró a finales de septiembre para recaudar fondos. «Ni lo dudé ni me costó nada. En treinta de profesión ha sido una de las cosas más impresionantes que viví, tengo amigos que quedaron sin nada e ir sigue siendo impresionante».

Avelino jugó también el partido benéfico de aquella jornada solidaria hasta que se tuvo que ir a trabajar. Pero igual que los talentos, el valor de su gesto sin precio y el de Laura García, hizo que esta vez los dos consiguieran podio. «Pujé todo lo que pude y, en cuanto la tuve en la mano ni la vi». «Esta medalla se la entregáis a quien se la ganó», dijo sin titubear. Los dos restan importancia a su gesto poniendo en valor la humanidad del otro pero, al no querer colgarse medallas, han demostrado aún más valor. «Yo tuve mucha suerte porque, aunque soy damnificada, y mi casa sufrió daños estructurales, tengo donde dormir pero mucha gente tiene sus casas y su vida rota», advierte Laura. Ella acababa de levantarse del sillón a por un helado cuando la ventana que estaba tras el asiento se rompió en mil pedazos por la explosión. Aún no ha sido capaz de volver a la zona cero. «Aquel día todo lo material dejó de preocupar, las víctimas solo buscaban fotos, algún recuerdo», dice Avelino. A ellos tampoco le mueve lo material.