Toques recupera las pinturas murales de la iglesia de San Antolín

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

TUI

NOGUEROL

La restauración de los frescos góticos en la ermita prerrománica de A Capela concluyó tras 45.000 euros de inversión

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Toques está de enhorabuena. En especial, los vecinos de A Capela, que, una vez se retome el culto en la iglesia de la parroquia, serán los primeros en comprobar el resultado de los trabajos de restauración que, en los últimos meses, se acometieron en el interior de la ermita para poner en valor un conjunto artístico de excepción dentro del patrimonio nacional. La actuación en la iglesia de San Antolín, como así se le conoce, permitió recuperar unas pinturas murales del siglo XV y, dentro de la composición cromática, reubicar donde históricamente le corresponde el calvario que se conserva de la ermita prerrománica del XI a partir de la que, un siglo después, se amplió la iglesia para comunicarla con el monasterio benedictino existente en la época.

«La pintura se hizo para albergar el calvario», comenta Celia Casas, de Restauración y Conservación ARA, una empresa de Tui a la que la Consellería de Cultura contrató los trabajos de restauración de los frescos. Cerca de 45.000 euros costó la actuación, que, a medida que avanzaba, fue dando pistas sobre la certeza de que los murales se pintaron ex profeso para albergar el conjunto escultural prerrománico. Las inscripciones en latín relativas a la madre de Dios y a san Juan se percibieron como dos evidencias. «Además, toda la temática iconográfica y las imágenes están directamente relacionadas con el calvario o con la orden benedictina», explica Celia Casas, que esta semana dio los retoques finales al mural.

Con su lectura, contenida en el estudio que para la empresa de restauración firmó el historiador Suso Vila, está de acuerdo Xosé Manuel Broz, director del museo etnográfico de Melide y estudioso del patrimonio de la comarca. «Blanco e en botella, non hai dúbida, neso estamos todos de acordo», afirma. También lo están en la certeza de que las pinturas murales son de la misma escuela que las de Vilar de Donas e, incluso, de igual autor las imágenes más perfectas, tal y como documenta Broz en el libro que escribió sobre el patrimonio de Toques. «Son caras exactamente iguales que algunas de las que hay en Vilar de Dona», explica Celia Casas, señalando el rostro del rey David. «Y son técnicamente perfectas», añade.

En general, el estado de conservación de las pinturas «es bastante bueno», afirma la restauradora. «Los colores tienen mucha intensidad y en muchas imágenes se pueden ver líneas y conjuntos con mucho detalle», apunta. Ahora que se han recuperado, Celia Casas considera determinante realizar «una conservación preventiva importante» para evitar daños existentes, «provocados por una mantenimiento precario», comenta. Es lo mínimo porque la obra artística que forman las pinturas murales de estilo gótico con un conjunto escultural prerrománico «es singular, muy importante», afirma Casas. «Unha marabilla, unha estampa única en España», apostilla el director del museo de Melide.