Hallan en Santa Clara las monteas del siglo XVIII de la obra de la fachada de la iglesia

r.m. santiago / la voz

TUI

SANDRA ALONSO

Los trazos sobre el suelo quedaron a la vista al retirar la tarima, que se repondrá de nuevo tras su restauración

05 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La retirada de la tarima que cubría el piso de la iglesia de Santa Clara para proceder a su restauración ha dejado a la vista las monteas del siglo XVIII que sirvieron de guía para ejecutar las obras de parte de la fachada de este templo conventual. Se trata de la traza a tamaño natural de distintos elementos arquitectónicos dibujados sobre las piedras de losa del piso del edificio por lo canteros, a modo de plantilla para abordar la construcción del último cuerpo de la fachada de la portería del convento, aunque también son visibles las trazas de la talla del aparato decorativo de ese mismo frente y los grabados de otros elementos, como arcos y volutas.

El hallazgo es de gran valor histórico-artístico, documental y patrimonial, según los técnicos, y permite conocer la proyección del trabajo ejecutado posiblemente entre 1719 y 1724 bajo la dirección del arquitecto compostelano Simón Rodríguez, maestro de obras del convento en ese período. Tras su estudio y documentación, las monteas, conservadas bajo la tarima de madera y apreciables en buena medida con focos de luz, volverán a quedar ocultas. La tarima se repondrá tras su rehabilitación, aunque antes se realizará una jornada de puertas abiertas, posiblemente a principios de octubre, según anunció ayer el alcalde, Agustín Hernández, tras visitar el templo junto con la concejala de Cultura, María Antón.

Jornada de puertas abiertas

Con esa jornada se trata de que los compostelanos puedan conocer esos trazos antes de que se oculten de nuevo. Para Hernández es «imprescindible» reponer la tarima, puesto que el uso del recinto pisando directamente sobre esos dibujos «provocaría o seu deterioro e perda». Precisamente, la tarima fue lo que garantizó que «estiveran protexidas e que se conservasen», afirma el alcalde, quien también observa que además «son difíciles de ver a simple vista». Él mismo pudo comprobarlo al precisar fijar la atención bajo los focos.

Pero aunque ocultos, ahora se sabe de su existencia y lo importante tras el hallazgo es su análisis para «documentalos, datalos e ter esa memoria para coñecer a orixe e a forma de traballar dos canteiros para facer a fachada».

El trabajo histórico relativo a la identificación y documentación de estas monteas concluirá en octubre. A partir de ahí se precisarán unos dos meses para reponer la tarima en base a un proyecto del Consorcio valorado en algo menos de 55.500 euros. Muy afectada por las humedades que padecía el templo, de la actual tarima únicamente se podrá aprovechar el 30 %, según el alcalde, quien indicó que la intervención para evitar las humedades afectará también a las bajantes de la fachada de la calle de Santa Clara.

También en la Catedral

Las monteas solían hacerse sobre paredes y suelos próximos a las zonas de intervención, como es el caso de la fachada de esta iglesia. En los siglos XVI, XVII y XVIII, la fragilidad y la carestía del papel promovió el uso frecuente de monteas en la ejecución de obras en Galicia. En los últimos años aparecieron diversos ejemplares en las catedrales de Santiago y Tui, en los monasterios de Celanova y Montederramo y en los conventos de Bonaval (Santiago), San Clodio (Leiro) y Santa Clara.