Cuatro gallegos, acusados de robar la rotativa de dos periódicos lusos

Monica Torres
mónica torres BAIONA / LA VOZ

TUI

Destrozaron la máquina con rebarbadoras y generadores en un almacén para extraer metal.

17 jun 2011 . Actualizado a las 20:31 h.

Hay veces que es imposible evitar que el periodista sea el protagonista de la noticia. Es lo que le ha pasado al director de dos periódicos de la región lusa de Ponte de Lima, a 70 kilómetros de la frontera gallega de Tui, al que le han robado parte de una rotativa de dos toneladas. Y por si fuera pequeña la pérdida en sí, el suceso se ha encumbrado debido a una concatenación de despropósitos de la que también participan gallegos.

Cuatro vecinos de la localidad pontevedresa de O Porriño, con edades comprendidas entre los 16 y los 54 años, así como otro hombre luso, que también residió en esta villa, fueron sorprendidos por la Guardia Nacional Republicana el pasado día 6 cuando trasladaban parte de la maquinaria en un camión al que precedía otro vehículo, también gallego, en dirección a la frontera de Valença do Minho.

Los acusados fueron trasladados al juzgado de Ponte da Lima y, en el mismo día quedaron en libertad con orden de volver a presentarse ayer. Su puesta en libertad puso en jaque al editor luso, Avelino Castro, que no solo tuvo que firmar la noticia del robo sufrido sino la de que «o Tribunal sóltaos», en la que mostraba su indignación ya que «quedaron libres porque no llegaron a tiempo para el juicio los antecedentes de los imputados».

Impotente, ya que «la rotativa quedó totalmente inservible», y consciente de que la futura presentación de los imputados motu proprio se antojaba difícil, como recogía en su crónica, decidió protestar en la calle. Avelino Castro mostró su indignación ante «una Justicia inoperante» con una especie de actuación que no dejó indiferente a nadie. No era difícil porque levantó cuatro metros de rotativa en plena calle con las piezas que le quedaron. El día del robo descubrió también que ya se habían llevado con anterioridad otras propiedades de su nave, como dos unidades de impresión. Los autores del robo iban además preparados, explica Avelino Castro, ya que «en el almacén donde guardaba el material no hay corriente, por lo que tuvieron que trasladar generadores para enchufar las rebarbadoras con las que poder trocear dos toneladas de aluminio, cobre y hierro».

Los perjuicios son grandes porque, a los 100.000 euros en los que tasa la máquina hay que sumarles los perjuicios editoriales. Como colofón, los tres gallegos mayores de edad sí comparecieron ayer en el juzgado de Ponte da Lima. El padre del menor argumentó la ausencia de su hijo, y del portugués nada se supo en la vista.

Uno de los supuestos implicados negó conocer la procedencia ilícita del material y también desveló que el motor podría estar en Ponteareas. Ante la más que posible nueva imputación por receptación y para dirimir el grado de participación de los cinco, el juzgado ha puesto en marcha el mecanismo de cooperación judicial internacional.