Por qué en estos dos concellos no ganó el PP

J. R.

SOUTOMAIOR

DONIZ

Fornelos de Montes y Soutomaior son los dos únicos ayuntamientos del área de Vigo en los que los populares no fueron los más votados. En el primero ganó el PSOE y en el segundo el BNG. Políticos y vecinos explican por qué.

19 jul 2020 . Actualizado a las 17:26 h.

Resisten irreductibles a la marea que pintó de azul oscuro casi todos los ayuntamientos de la provincia. Son las piedras en el zapato, al menos en clave de elecciones autonómicas, de los populares: unos se visten de rojo, otros de azul celeste. A los primeros, en Fornelos, les sigue convenciendo su alcalde, Emiliano Lage; a los otros, en Soutomaior, les tira la propuesta de cambio de un Bloque subido en la cresta de la ola.

«En Fornelos traballamos igual todas as eleccións»

Los socialistas llamaron a cada puerta para explicar que con ellos en la Xunta todo iría mejor

Plaza con iglesia, casas de piedra vieja y piedra de obra pública nueva, un estanque, el local de Cáritas, bares, un estanco, más bares, dos supermercados, el Ayuntamiento y bancos y más bancos, bajo árboles, para ver pasar la vida al ritmo que la vida transcurre en un lugar como Fornelo de Montes (1.640 habitantes). Un bastión del puño y la rosa que, bajo las riendas de la agrupación local, no ha perdido un proceso electoral desde 1979. Emiliano Lage es el vivo ejemplo. Aquel 1979, con 22 años, salió concejal, luego teniente de alcalde y, desde hace ocho años, es alcalde. Todo de forma ininterrumpida, de ahí que confiese: «Xa vin moito cadáver político pasar entre os meus e nos outros partidos». No le falta razón, ocupó un cargo público incluso antes del gran líder socialista, Felipe González. Pero Emiliano, además, es el vivo ejemplo, en clave política, de la necesidad de reciclarse para no morir. Su demostrado olfato electoral, dice, le hizo ver los malos resultados de los suyos mucho antes de la cita electoral del domingo.

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«Sempre traballamos todas as eleccións igual, temiamos isto, falámolo entre nós e sentiámolo entre a xente. Aquí estamos moi próximos aos veciños, non é como nunha cidade, frases como “Alcalde, estas eleccións non son municipais” xa se viñan masticando dende vai tempo. Despois está a crise do covid-19, e en Madrid saíuse adiante como se puido, é un tema moi difícil». De ahí que el veterano regidor aplicase la fórmula electoral que mejor conocer. Una estrategia alejada de actos con pompa y basada en su gran fuerte: el cara a cara. «Nos, aquí, falamos coa xente, tiramos do boca a boca, coma se foran municipais. Fixémoslle ver a xente que non é o mesmo que a Xunta sexa do PP que sexa do PSOE, do mesmo xeito que non é mesmo que Deputación sexa do PP que do PSOE. Aquí sabémolo ben, a Deputación actual fixo moito por fornelos e a Xunta case nada, levo anos para que melloren o centro de saúde, falo de renovalo por dentro, porque o tellado houbo que cambialo con fondos municipais ante a falta de resposta da Xunta».

El centro social de Fornelos concentra un pequeño muestrario del sector servicios más indispensable. También de negocios de toda la vida con las formas y el trato de toda la vida. En una carnicería, pegada al Concello, el propietario confiesa que «Emiliano é un bo compañeiro, veciño e alcalde, é un todo que temos nós. Para min é o alcalde ideal que pode ter Fornelos».

Ya en el estanco, a pocos metros se escuchan opiniones para todos los gustos. Es cierto que estos negocios, por el género que despachan, no atienden a ideologías. Fuman unos y otros. David, el gerente, reconoce el peso del regidor en los vecinos, a la vez que reclama más progreso en el ayuntamiento. Donato, taxista desde hace 35 años en Fornelos, dispara en la misma dirección: «En el tiempo que llevó aquí no cambiaron muchas cosas, la verdad. Puedo decir que se vota a la persona en cualquier elección, y, la verdad, ahora mismo tampoco veo a nadie mejor que a él para ser alcalde».

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«Soutomaior terá un cambio dentro de tres anos»

El Bloque supo poner en valor que su candidato, como diputado, mejorará el municipio y su sanidad

El expresidente Mariano Rajoy (PP) confiesa en sus memorias políticas —Una España mejor, 2019— estar especialmente dolido con la prohibición, impuesta desde la actual Diputación de Pontevedra (PSOE), de seguir abriendo el curso político a los suyos, cada septiembre, en el castillo de Soutomaior. Rajoy admite su devoción por la fortaleza, que se reconstruyó y recuperó siendo él presidente de la misma Diputación en 1987. Este tira y afloja se da igualmente con el PP asentado, desde hace 25 años, en la alcaldía de Soutomaior (7.305 habitantes). Agustín Reguera ejerce de alcalde y, desde su llegada, el otrora partido de la gaviota no perdió ni al parchís con él capitaneando la agrupación local. «Europeas, generales, municipales, autonómicas... Se ganó todo hasta ahora...», confesaba ayer, en ausencia del regidor, la concejala de Servicios Sociales, Cristina González, junto al edil de Policía Local y Tráfico, Fernando Crespo.

Ese «hasta ahora» implica que Soutomaior dio su confianza al candidato del BNG, Manuel Lourenzo, que en las pasadas municipales ya estuvo cerca de sumar los votos necesarios para formar un gobierno de coalición y desbancar al PP. De ahí que los ediles populares, en un ejercicio de honestidad, reconozcan: «Un poco sí los esperábamos por el candidato del BNG, que iba de número 4 por la lista de la provincia y se interpretó como una forma de ayudar directamente a los vecinos desde el Parlamento, en Santiago». Maneiro lo interpreta de otra manera. Ayer dedicó la mañana a intervenciones en calidad de triunfador electoral en clave provincial. Su lectura de los resultados en las urnas nada tiene que ver con la de populares, lo atribuye, básicamente, a un desgaste del PP municipal: «Este resultado de Soutomaior ten unha lectura en clave de país, co ascenso do Bloque e de Ana Pontón, pero ten outra lectura en clave local que nos lanza toda a veciñanza: Soutomaior terá un cambio dentro de tres anos que porá o BNG no Concello».

Los pasos por seguir en Santiago ya están pensados. Al menos acerca del municipio al que representa. Lourenzo asegura que dará la batalla por la dignificación de la sanidad pública. «Agora mesmo temos un médico e medio para todo o concello. O medio e porque trátase dunha substitución que se fai con horario reducido e atenden unicamente de 9 da mañá a unha da tarde. Iso non poder ser e xa tivemos unha manifestación fai unha semana por este mesmo motivo». Pero más allá de lo que vendrá, en la única calle que concentra el núcleo urbano más consolidado de Soutomaior, ayer, se masticaba a más de 34 grados la singularidad del resultado electora. En uno de los negocios, dedicado a productos agrícolas, Luisa Bouzon reconoce que los resultados, «seguro, han cogido por sorpresa a muchos, aunque una cosa es seguro: esos resultados serán por algo». En la misma arteria principal, otra vecina, Araceli Boullosa, sentencia a la vez que poda su jardín: «El PP gobierna por Agustín, pero la gente está desencantada. Este ayuntamiento nunca fue del PP, pero claro, yo, reconozco, no soy muy objetiva. Al fin y al cabo fue en la última lista del PSOE».