El seguimiento del rastro de prendas falsificadas ha permitido a los investigadores desmantelar una compleja trama que tenía su núcleo en diversas localidades de la provincia de Pontevedra. Los agentes pudieron comprobar como una serie de pequeños empresarios marroquíes almacenaban en bazares y otros locales una gran cantidad de productos falsificados. Esto comerciantes adquirían y guardaban la mercancía para su posterior distribución al público a través de una red de ambulantes senegaleses. Los investigadores siguieron el rastro, y en colaboración con la Policía Judicial del SAE portugués, descubrieron el origen luso de las prendas que se ocultaban en locales de las comarcas de Vigo y Pontevedra y también en el entorno de A Coruña y Ferrol. Desde los depósitos clandestinos bajo la apariencia legal de bazares se distribuían a otros lugares de la Península. La red también manejaba grandes volúmenes de otros productos falsificados como cedés de música y DVD y habían realizado acopio con vistas a su distribución en Navidades.