El uso de las bicis transfronterizas empieza a cuentagotas en el Miño

Eva Fernández Prieto SALVATERRA / LA VOZ

SALVATERRA DE MIÑO

XOAN CARLOS GIL

Los no empadronados tienen que depositar una fianza de 150 euros

28 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Poca gente está utilizando todavía el servicio de bicicletas eléctricas transfronterizas que se puso en marcha en las eurociudades Tomiño-Vila Nova de Cerveira, Tui-Valença y Salvaterra-Monçao el 6 de julio. Fuentes oficiales de las tres oficinas que las gestionan aseguran que el número de inscritos en este nuevo servicio es constante, pero La Voz pudo comprobar in situ en dos días distintos que apenas hay usuarios.

El servicio, que puso en marcha la AECT (Agrupación Europea de Cooperación Territorial) Río Miño —que agrupa a concellos de ambos lados de la raia y a la Diputación de Pontevedra—, es gratuito. Sin embargo, las personas que no residen en alguno de los seis municipios tienen que depositar una fianza de 150 euros, que se les devuelve al cabo de 48 horas si la bici no ha sufrido desperfectos. Los foráneos tienen que inscribirse en la aplicación e-bike Rio Minho para poder coger un vehículo; una vez lo hacen, pueden desbloquear el vehículo y utilizarlo. Los empadronados en los seis concellos pueden inscribirse desde la app o bien en las oficinas de turismo o concellos. Pero no todos los que se inscriben después utilizan las bicicletas.

Un vecino de Fornelos de Montes llega con su hija pequeña para informarse sobre este nuevo servicio en la caseta de A Canuda, en Salvaterra, que tiene ocho vehículos. Al observarlos, echa en falta algún tipo de sillín para que su hija pueda montar también. «A veces traer la bici en el coche es un jaleo, entonces aquí la coges y te vas hasta Monçao a dar una vuelta», comenta. «Voy a descargarme la aplicación para ver cómo es y cómo funciona exactamente», explica. Pero no se monta. En el Museo da Ciencia e do Viño de Salvaterra, que actúa como lugar de inscripción de los usuarios, señalan que por ahora la demanda es baja, pero a medida que pase el tiempo habrá más solicitudes de alta.

Según la oficina de turismo de Tui, «bastante gente» de la localidad se está inscribiendo en este servicio. Dicen que muchos de ellos cruzan hasta Valença, la ciudad portuguesa conectada con esta localidad. Con todo, este periódico estuvo una mañana delante de la Policía Local del municipio, donde están los equipos, y ningún usuario se subió a ellos.

En Tomiño, un técnico municipal del Ayuntamiento, que presta atención al público interesado en las bicis eléctricas, cuenta que la impresión sobre este proyecto es buena. Un grupo de vecinos indica que «aquí a xente tira bastante delas ás tardes ou os domingos». «É un pouco complicado co teléfono, pero coa tarxeta é moito máis fácil», dicen sobre el proceso. Pero reconocen que no se animan a subirse a ellas.

Otro grupo de turistas franceses también se muestran interesados en probar las bicicletas. «Allí en Francia usamos bicicletas y patinetes eléctricos también y no está mal». Aun así, ellos y el resto de turistas deben tener en cuenta el depósito de 150 euros que tienen que hacer para usar las bicis. Esto hace que los principales destinatarios del proyecto de bicicletas transfronterizas sean los habitantes de la raia.

Cada persona puede utilizar el vehículo durante un máximo de tres horas al día. De junio a septiembre, el horario de préstamo de las bicis se extiende desde las 9.00 hasta las 21.00 horas, y el resto del año, de 9.00 a 18.30.

Los equipos tienen también un perímetro de uso marcado que se divide en seis zonas, una por cada municipio. Si el usuario sobrepasa ese perímetro, su bici emite una señal acústica para llamar la atención del ciclista y que vuelva a la zona permitida.