Dos informes forenses resolverán si fue violenta la muerte de la desaparecida de Redondela
REDONDELA
Se analizarán el origen de los golpes en el cráneo y objetos hallados en el solar
25 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El hallazgo en junio de buena parte del esqueleto de Manuela Barbosa, en un solar en Arcade tras tres años desaparecida tras salir de su casa en Redondela en julio del 2021, ha motivado una investigación cuya resolución dependerá del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). Y en concreto de su centro en Verín, donde el conocido forense Fernando Serrulla será el encargado de realizar los dos informes que determinen que si hubo violencia en las causas de la muerte de esta mujer, de 66 años en el momento de su desaparición. El primer informe forense analizará los golpes hallados en el cráneo. Determinará si fueron a causa de algún impacto violento causado por un objeto o harma, o fueron fortuitos, fruto por ejemplo de maquinaria que desbrozó el solar donde se hallaron los restos óseos de la fallecida.
El segundo informe forense analizar objetos hallados en la misma finca, para aportar luz a la gran duda que motivó la investigación. Las pesquisas las realiza el grupo de delitos contra las personas de la Guardia Civil de Pontevedra, que contó con la colaboración de la Policía Nacional de Vigo-Redondela. Este cuerpo, hasta el hallazgo de los huesos en junio, investigó la desaparición de Barbosa y las causas de su ausencia. Pero al hallarse los restos en un demarcación de la Guardia Civil, el asunto pasó a manos del instituto armado, que ya recibió la documentación de la Policía Nacional que recoge el trabajo realizado por este cuerpo desde julio del 2021.
La víctima, vecina de Redondela, de 66 años, salió de su casa para visitar a su hija en Arcade y los huesos aparecieron a solo 200 metros del domicilio de la hija. Fuentes oficiales confirmaron que, en las inmediaciones de la zona donde se encontró gran parte del esqueleto, se localizó además la cartera de la desaparecida, con varias fotos suyas así como objetos personales, como joyas que portaba la fallecida. Esos hallazgos forman parte de los que analizará el Imelga.
Los huesos fueron localizados por un operario que estaba realizando un desbroce y limpieza a fondo de una finca que durante los últimos años estuvo llena de abundante maleza, lo que contribuyó también a que no se localizase antes el cadáver, señaló el subdelegado del Gobierno. Al lugar acudió personal de la Policía Judicial de la Guardia Civil y las autoridades judiciales. Ahora hay que esperar el análisis de los huesos y de otros restos biológicos para tratar de confirmar la identidad y poder cerrar el caso de desaparición.
La pista de Manuela Barbosa se perdió el 13 de julio del 2021 en el núcleo urbano de Arcade, a donde se trasladó en taxi desde Redondela. Manuela no llegó directamente en taxi a la puerta de la casa de su hija sino que ordenó parar a su chófer a la entrada del pueblo y se apeó. A las 15.30 horas, unos testigos la vieron bajar caminando hacia la casa de su hija y ahí es la última vez que la vieron. La última imagen real de ella fue captada por una cámara de una sucursal de Abanca en Arcade cuando pasó por delante.
Fernando Serrulla
Los restos se trasladaron al laboratorio forense del Imelga en Verín. Pero una inspección ocular inicial de la Policía Judicial de la Guardia Civil en la provincia permitió identificar un fuerte golpe en el cráneo. La autopsia determinará el origen. Mientras, no se descarta ninguna opción. El golpe en el cráneo pudo causarlo maquinaria que trabajó en el terreno desde el 2021, o implicar una muerte violenta. La Guardia Civil, a la espera de conocer los resultados de la autopsia, prosigue su investigación con la toma de declaraciones a todas las personas cercanas a la víctima que puedan permitir reconstruir lo ocurrido antes de faltar Manuela Barbosa.
El médico forense Fernando Serrulla asumirá la autopsia. Es uno de los mayores especialistas en España y determinante en numerosas investigaciones por su capacidad técnica. Uno de los últimos casos en los que participó ocurrió en O Porriño. Mediante una técnica informática novedosa en Galicia logró reconstruir la cara de un cadáver que pasó varios años en un pozo hasta su hallazgo casual. Aquella identificación fue clave para poner nombre y apellidos al hombre asesinado, cuyo cadáver estaba en avanzado estado de descomposición. Una vez obtenidas varias imágenes del retrato robot del muerto, y tras difundirlas, se logró que personas próximas se pusieran en contacto con las autoridades para aportar la identidad real e iniciar una investigación sobre las causas reales del crimen y dar con los autores.
Serrulla también fue protagonista en el caso Diana Quer. Realizó la autopsia cuyo resultado fue determinante para demostrar que la joven fue víctima de una agresión sexual, además de asesinato. Confirmar que se materializaron ambos delitos fue clave para argumentar la condena que implicó prisión permanente revisable para el acusado.