«Mi madre no va a aparecer nunca, pienso que la mataron»

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente REDONDELA / LA VOZ

REDONDELA

cedida

Las hijas de Manuela Barbosa creen que si se hubiera despistado y sufrido un accidente, después de medio año la habrían encontrado

14 ene 2022 . Actualizado a las 23:34 h.

Llevan seis meses de angustiosa espera colgadas del teléfono por si alguien se digna en dar una señal de su madre y, sobre todo, por si la policía les comunica alguna novedad. Son Ana y Raquel Álvarez Barbosa, las hijas de Manuela Barbosa, vecina de Redondela desaparecida hace ahora medio año. El caso no está cerrado, pero desde aquel martes 13 de julio no se ha sabido más de ella.

«No hay ninguna novedad, lo único que existe es una imagen de mi madre pasando por delante de la oficina de Abanca de Arcade. Por desgracia había venido a visitarme porque, aunque ella es nacida en Soutomaior, residía desde hace muchos años en Redondela con mi padre», comenta Ana con el ánimo por los suelos.

A estas alturas se pone en lo peor y no lo oculta: «Mi madre no va a aparecer nunca, pienso que la mataron, porque si se despistase y cayese en algún sitio ya la habríamos encontrado. Si no la encuentra alguien de casualidad, no aparecerá, cada vez se busca menos», indica, tras añadir que no lo lleva bien . Teme que algunas personas la vieran ese día y que tal vez no quieran decir nada por miedo a meterse en líos.

Del taxi se apeó en la entrada de Alcabre, tal vez porque le apetecía llegar hasta casa de su hija dando un paseo o para ver alguna tienda, relata. «Hubo gente de Arcade que la vio bajando hacia donde vivo yo sobre las 15.30 horas»

Sobre la investigación, explica que al principio la Policía recibió algunas pistas de gente que llamaba, pero una vez comprobadas, no han conducido a nada. Ahora casi no tienen contacto. «Cada vez que llamamos a la Policía nos responden que es un misterio, no nos quieren decir nada si no hay algo certero. No apareció ni el bolso ni el teléfono», añade Ana.

Al principio de la desaparición de Manuela las fuerzas de seguridad se emplearon con todos los medios: a caballo, con batidas de perros, drones, helicóptero y hasta buzos en el río.

 Esperanza

A su hermana Raquel aún le queda un hilo de esperanza. «Tienen varias líneas de investigación abiertas, pero no sólidas ni fiables a las que agarrarse. Están haciendo una segunda ronda de preguntas a vecinos y familiares y también están a expensas de una pista que surgió hace un mes, pero tienen que pedir permisos y les está costando», destaca.

Reconocen que después de tanto tiempo se sienten un poco abandonadas y temen que se baje la guardia. «Esto nos viene grande, no te encuentras arropada, nos sentimos un poco abandonadas y totalmente solas. El Concello de Soutomaior no se ha puesto en contacto con nosotras para echarnos una mano, el de Redondela nos hizo los carteles», se queja de nuevo Ana. Reflexiona una y otra vez sobre lo que pudo pasarle a su madre y no encuentra explicación: «Como no la tirasen en algún sitio para que la encontremos, no aparecerá. Algo extraño le tuvo que pasar, porque si se le hubiese ido el norte, la encontrarían».