«Busco a mi perra desde hace cinco años y sé que algún día la encontraré»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

REDONDELA

XOAN CARLOS GIL

Desiré, una joven de Redondela, no deja de pegar carteles y poner anuncios

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desiré no pierde la esperanza. Está convencida de que algún día encontrará a su perra. Alaska, una husky siberiana, se escapó en 2016 de su casa en Vilar de Infesta. Hizo un agujero y saltó a la finca del vecino.

El hombre, cuando llegó de trabajar, abrió la puerta y el animal se escapó corriendo. Alaska era una perra muy traviesa e inquieta y tenía unos dos años cuando se marchó. Nunca se explicó cómo pudo haber cabido en un agujero tan pequeño. Desiré la había criado desde que tenía dos meses de edad y le tenía mucho cariño. Estaba muy ligada a su perra. Su desaparición le causó un gran bajón emocional y durante unos días tuvo que tomar medicación para sobrellevar la tristeza y preocupación que le invadía por la ausencia de su perra. No ha dejado de buscarla ni un solo día desde entonces. Ya son casi cinco años buscando alguna pista sobre su paradero. Reconoce que incluso llegó a visitar a un vidente. «Me dijo que estaba en una casa de color blanco con una cristalera grande, pero a saber, casas así hay muchas», afirma. Esta joven de 21 años ha puesto anuncios en páginas de compraventa de animales, ha pegado carteles por toda la comarca, pero no ha recibido ninguna respuesta, más que alguna broma telefónica. Confía en que en que, en algún momento, alguien identifique a su perra perdida. Por otra parte, tenía microchip, que se niega a dar de baja. «Los veterinarios deberían de pasar siempre el lector del chip cuando lleguen a sus consultas perros que no conocen», afirma.

La añoranza de su perra Husky no ha hecho si no aumentar su amor por esta raza. Con el paso del tiempo ha ido adoptando otros perros siberianos. Poco después de la desaparición de Alaska le regalaron otro maltratado. Después fue acogiendo huskys de personas que no los podían mantener, los tenían encadenados o los iban a sacrificar. Uno de los que se quedó se encontraba todo el día encadenado y cuando lo fue a coger «era todo hueso y no pesaba nada». Actualmente tiene siete perros de raza Husky. El año pasado recogió a tres perros abandonados. Una de las perras estaba ciega y tenía bultos por todo el cuerpo. Los otros dos eran cruces y estaban perdidos por la carretera.

Desiré tuvo que marcharse de una vivienda en la que residía de alquiler en la parroquia de Chapela porque tuvo problemas con los propietarios. Volvió a casa de su madre, donde guarda a los perros y aprovecha todo su tiempo libre para estar con ellos y sacarlos a pasear. Pero su familia perruna no estará completa hasta que no vuelva a tener con ella a Alaska, su primera husky siberiana, que le robó el corazón desde que lo conoció.