La estacion fantasma de Redondela

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera REDONDELA / LA VOZ

REDONDELA

Ha costado 7,3 millones y está vacía. La puerta estuvo averiada dos días

21 abr 2015 . Actualizado a las 13:47 h.

La estación de Redondela brilla como un coloso al sol en el alto dos Eidos. Sus tonos metálicos grises y sus cristaleras constituyen un poderoso reclamo para el viajero. Pero, a medida que este se acerca, se origina el desconcierto. Es lo que pasó durante el fin de semana y ayer por la mañana. La puerta metálica de entrada estaba estropeada (se arregló ayer por la tarde). La inauguración resultó un fiasco, por las prisas.

El sábado los trabajadores ultimaban los detalles. Estuvieron realizando sus labores de 9.00 a 12.00. Luego, bajaron la puerta de entrada y, cuando llegó la hora de la inauguración, sobre la una de la tarde, no pudieron levantarla. El motor hacía ruido, pero no tenía fuerza suficiente para alzar la persiana metálica. «Con la electricidad de obra, funcionó sin problemas», dijeron fuentes de las empresas que han trabajado en la puesta a punto de la estación.

El mismo sábado el Concello hizo llamadas para que fuesen a arreglar la verja, pero hasta ayer a las tres y media de la tarde no estaba prevista la llegada de los técnicos.

Con este panorama, el público que llegaba a la estación se quedaba desconcertado al ver la mole gris metálica vacía y cerrada a cal y canto pero con gente en su interior. Los miembros de la Agrupación de Electores fueron hasta la estación a colocar un cartel que indicase a los usuarios que debían dar la vuelta para llegar al andén a través de la parte trasera, por un camino en obras.

Así lo hicieron un grupo de amigas, entre ellas Cristina Pombo, que tiraba de un carrito camino del andén por un descampado. Sobre la una de la tarde un empleado de Renfe informaba de lo que sucedía y de que, dadas las circunstancias, podían comprar el billete en el tren. En las ventanillas de venta no hay nadie que despache los tiques. Ni lo va a haber, según fuentes de Renfe. Los locales comerciales también están vacíos y la escalera mecánica no funciona. El baño ya está sucio y hay desconchones en el techo por la humedad. La nueva estación ha costado 7,3 millones.