Treinta años de la primera sentencia judicial en gallego

l.c. llera vigo / la voz

REDONDELA

Redondela reunirá a los juristas para conmemorar el fallo que dio la razón a una vecina frente al Concello

09 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer documento jurídico en gallego del que se tiene constancia data de 1228. Es el foro del burgo de Castro Caldelas, concedido por Alfonso IX. Figura en el archivo de la Casa de Alba. En 1529 se dictó una resolución del monasterio de Melón que fue el último documento de esta índole en gallego durante muchos siglos, hasta 1985.

Ahora, la Irmandade Xurídica Galega está preparando los actos del trigésimo aniversario de esas sentencias de la Audiencia Territorial de A Coruña, que tuvo como objeto el Concello de Redondela. Precisamente este Ayuntamiento, por iniciativa del funcionario Xosé González y con el respaldo de la Secretaría Xeral de Política Lingüística, está ultimando los actos conmemorativos de la efeméride, que van a consistir en el descubrimiento de una placa y un acto académico en el que 21 abogados de Redondela se comprometerán a usar el idioma autóctono.

Aunque la sentencia fue firmada el 27 de marzo de 1985 por los magistrados Ricardo Leiros, Claudio Movilla y Gonzalo de la Huerga, los actos tendrán lugar el próximo día 17 de marzo en el Multiusos de Redondela.

El fallo de los magistrados de la Audiencia Territorial de A Coruña se debió a un recurso interpuesto por Josefina Carreira Rivero contra el Concello de Redondela por dos resoluciones municipales del 15 de diciembre del año 1980 y del 9 de marzo de 1981. Resulta que el Concello declaró que la casa de la señora, situada en la que entonces se llamaba calle General Mola, no estaba en ruinas. La mujer insistió en el estado ruinoso de la vivienda, pero no le hicieron caso.

En su reclamación presentó varios informes de los arquitectos que pusieron de relieve los problemas que presentaba la vivienda, entre ellas «fendas nas paredes da vivenda dianteira que parecen deberse a cedimento da estructura do solo». Igualmente «o tellado atópase caseque derruído na maioría das estancias», «o vaidil tamén se atopa en perigo de caer para a rúa», «na vivenda traseira o solo, as paredes e asó como o teito están caseque na sua totalidade cedidos ou derrubados». El valor del edificio fue calculado por el arquitecto Cameselle Lago en 1.332.000 pesetas y el de las reparaciones necesarias en 417.450 pesetas, según el informe del aparejador municipal. Sin embargo, la propiedad estimó que los costes de la reparación eran mucho mayores y que ascendían a 1.419.857 pesetas. Finalmente, los magistrados consideraron que Josefina Carreira tenía razón y que los costes de la reparación superaban el 50 % del valor que tenía el inmueble por lo que era procedente declarar la ruina del edificio. Una placa recordará este caso en la fachada del edificio del Ayuntamiento redondelano.