Aumenta la tensión en Ponteareas por el rechazo vecinal a la planta de biomasa

María Jesús Fuente Decimavilla
m. j. fuente PONTEAREAS / LA VOZ

PONTEAREAS

Xoán Carlos Gil

Los contrarios a la instalación se manifestaron ayer con una cacerolada

26 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con una cacerolada respondieron ayer los vecinos que no ven con buenos ojos la instalación de una planta de biomasa e Ponteareas. La plataforma vecinal que lidera este sector cuenta con el apoyo de la oposición del PP. Insisten en posicionarse contra la ubicación en el centro del municipio, «en un entorno de residencia y centro de día, que en el futuro podría necesitar esos espacios».

Vecinos y PP señalaron ayer que los terrenos en los que se pretende ubicar la planta de biomasa no son municipales y que figuran a nombre de un particular. Entienden que, de seguir adelante con el proyecto, podría darse el caso de «incurrir en gastos de demolición y penalizaciones económicas» para el Concello, según los populares.

La contaminación es el principal inconveniente que cita la población reacia a la nueva planta. El alcalde Xosé Represas, que en el 2001 era presidente de la Asociación Forestal de Galicia, lo desmiente. Explica que la caldera de biomasa sustituye a cinco de gasoil muy contaminantes, tres de las cuales surten el sistema de calefacción del centro de día, el de mayores y el de servicios sociales. «Esas caldeiras ao igual que as da Escola Infantil e do Concello quedarán fóra de servizo e serán substituidas por esa nova caldeira de biomasa, que supón menos contaminación e máis aforro económico», indica el regidor del BNG.

Represas denuncia que la oposición a esta instalación parte de un pequeño grupo de personas que por razones políticas e ideológicas se pronuncian en contra y crean alarma social. La diferencia de la caldera, dice, es que en lugar de funcionar con gasoil, lo hará con astilla de madera, que es un 95 % menos contaminante.

Desde Esquerda Unida, que en el 2019 votó a favor de este proyecto, creen que el alarmismo infundado que se ha generado se debe a la falta de transparencia del gobierno local y a la nula participación de los vecinos. Propone suspender la construcción para informar antes a la población. Incluso plantea la posibilidad de cambiar el proyecto siempre y cuando no se pierda la subvención. A su juicio, servicios eliminados, como el parque biosaludable, deben reponerse, y los recursos para alimentar la caldera se tienen que fijar de acuerdo con las comunidades de montes de la comarca. Aunque entiende que la caldera no supondrá un aumento de gases ni de ruidos en el entorno, apuesta por que se realicen mediciones continuas. La gestión de la caldera deberá ser pública, según Esquerda Unida y se creará un protocolo de transporte y residuos.