La asociación Os Biosbardos organiza excursiones cada domingo para fomentar las adopciones. A veces las mascotas, en vez de volver al refugio, encuentran su humano
11 jun 2018 . Actualizado a las 08:12 h.El titular -que en letras grandes resume la actividad con más gancho- puede sonar frívolo. Pero será la única trivialidad que encuentre quien lea estas líneas El resto es para tomárselo muy en serio, como hacen las poco más de 30 voluntarias (la mayoría son mujeres) que cada día sacan tiempo de debajo de las piedras para ir a la asociación protectora de animales Os Biosbardos, en Ponteareas, y atender por turnos las instalaciones y a los perros que tienen allí recogidos esperando una oportunidad mejor.
Mientras eso no ocurre, la vida pasa igual, así que en la asociación se las componen para que transcurra lo mejor posible para los animales que han sido abandonados, maltratados o que en el mejor de los casos, se han perdido. Allí los perros no se sacrifican, Los que lo hacen en sentido figurado, son los voluntarios. Lo sabe bien la viguesa María Cao, que lleva casi 15 años, desde que era un refugio, ayudando en todo lo que puede, como sus compañeros. Ella ya recogía perros antes y les buscaba familia. Perdió una que tenía en acogida y buscándola encontró este lugar que se mantiene con campañas puntuales, aportaciones económicas de particulares y alguna empresa.
Cada día de la semana van los voluntarios, unos de mañana y otros de tarde según el tiempo libre que tengan. «Se limpia y desinfecta todos los días de arriba abajo, les curan las heridas o se les lleva al veterinario...», enumera. María trabaja de lunes a sábado, así que a ella le toca los domingos y además de las tareas habituales, se ocupa de sacarlos de las instalaciones y coordinar estas salidas. Los Paseos Biosbardos, que así les llaman, son a veces públicos, como el de ayer. Quien quiera participar no tienen ni que apuntarse. Solo acudir al punto de encuentro que se les indica a través de la página de Facebook. A cada uno se le asigna una mascota y salen en grupo, de excursión. «Pero aunque no siempre lo publicitamos, se hace todos los domingos y pueden venir igual», cuenta.
Finales felices
A pesar de las previsiones meteorológicas, la caminata resultó mejor de lo esperado. De los casi 90 canes que están ahora en las instalaciones, casi la mitad fueron de paseo con su tutor eventual. Hay perros muy miedosos (casi siempre son casos duros de maltrato), que no quieren salir aunque tengan con quién. Los que sí, lo disfrutan. «Ese momento es maravilloso, les permite socializar y volver a confiar en los humanos», reflexiona.
El tiempo, en este caso, influye mucho. «Si hace muy malo viene poca gente porque llueve o hace frío, y si hace calor tampoco es bueno, porque se van a la playa», lamenta. Pero la viguesa nota que algo está cambiando en las conciencias porque últimamente, raro es el domingo que no viene nadie y a veces, en días soleados, no tiene perros para todos.
La idea final de todo esto no es, obviamente, que el público tenga una actividad de ocio dominguero para matar el tiempo, sino que las personas que se han animado a dar un paseo a un perro desconocido que no tiene hogar, no lo devuelvan al refugio al terminar, sino que vuelva a casa con él. A veces, ocurre. «Más a menudo de lo que se piensa», revela. Pero como somos unas locas, hay semanas en que consigues casa para tres y recoges diez», ríe (por no llorar).
Una actividad con niños, familias y hasta activistas feministas como Lupita Hard
Laura Domínguez es una de las personas que ayer se acercó desde Vigo a Ponteareas para contribuir a que los perros que viven en el refugio, puedan darse un garbeo. «Es una opción también para la gente que le gustaría tener perro y por lo que sea, no puede», argumenta. No es su caso. Ella tiene en acogida a Lusco, que también se apunta a la salida con sus excolegas perrunos. No las tiene todas consigo el can. Si no logra adopción puede acabar de nuevo en mismo lugar. Por cierto, del espacio que ocupan, María cuenta que está sobre un terreno cedido por la Comunidad de Montes de Ponteareas. «Están comprometidos y nosotras, muy agradecidas», afirma.
También van familias con niños. «Algunos ya vienen varios domingos al mes a por el mismo perro, y el perro a por los mismos niños», añade.
Otra de las colaboradoras es Lupita Hard, artista y activista feminista que ha llenado el país de grafitis con genitales de mujer y mensajes reivindicativos. Pero Lupita, además de estar implicada en la lucha feminista, lo está con el voluntariado y los animales. Una vez a la semana le toca ir a limpiar y cuando puede va a los paseos. Otras voluntarias gestionan la página de Facebook y las adopciones, «que es lo más importante», subrayan. «Damos todos los perros con contrato y chip, vacunados y desparasitados. Antes no pedíamos donativo, ahora sí porque el coste ronda los 50 euros y el dinero no sobra aunque nos autofinanciamos con apadrinamientos (6€ al mes y si encuentra hogar damos otra opción por si quieres otro». Gastan entre 600 y 800 euros mensuales en comida para los cerca de 400 perros que tienen (cerca de 90 en el refugio y el resto, en acogida, pero también se hacen cargo de los gastos si quien los acoge no puede mantenerlos.