«Me cosieron la cara, tenía cristalillos clavados y cortes, hubo mucha suerte»

M. Torres / E. V. Pita / Á. paniagua VIGO / LA VOZ

OIA

M.MORALEJO

Dados de alta 19 de los 22 heridos en el accidente del bus de PSA en Oia

10 sep 2020 . Actualizado a las 19:51 h.

«Me cosieron la cara, tenía cristalillos clavados, cortes en la cabeza y la nuca, y el hombro golpeado. Dentro de lo malo podemos contarlo y no hay nadie en peligro». Así hablaba este miércoles Eloy mientras era atendido en las urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro. Su primo también estaba accidentado, así como 20 compañeros. El chófer acababa de entrar en el quirófano para ser operado pero estaba fuera de peligro. Viajaban a bordo del bus de trabajadores de la fábrica del grupo PSA en Vigo que volcó en Oia el martes tras atropellar un caballo que se cruzó en la carretera cuando volvían a casa.

Diecinueve de los 22 heridos en el autobús siniestrado han recibido ya el alta hospitalaria. El parte hecho público por el Servicio Galego de Saúde indica que todos ellos «presentaban policontusiones y heridas leves». Son tres los que continúan ingresados, uno en el Álvaro Cunqueiro y dos en el hospital Vithas Fátima, «todos con pronóstico leve o moderado». El herido que reviste mayor gravedad, indica el Sergas, fue intervenido quirúrgicamente en el Cunqueiro y está en Reanimación, «aunque presenta una evolución favorable».

Eloy recuerda cómo fue el accidente. «Iba dormido y sentado en la parte delantera, en la segunda fila, fui uno de los más afectados. Acabábamos de dejar a compañeros en Baiona y Oia y nos dirigíamos a A Guarda. El conductor esquivó o le dio a un caballo, la dirección se bloqueó y el autocar chocó contra una pared, giró y volcó. La ventanilla estalló y los cristalillos se me clavaron en la cabeza. Llamé a mi mujer y no recuerdo más, lo siguiente es que yo estaba en el hospital».

Varios médicos acudieron a auxiliar a los heridos en el escenario del siniestro vial. La facultativa Silvia Portela se apeó de una ambulancia del punto de atención continuada de O Val Miñor y descubrió a dos médicos que pasaban por la zona sin estar de servicio y habían empezado a clasificar a los enfermos entre los más graves y leves. «El autobús estaba volcado y a su lado estaban los pacientes más graves», relata. Lo primero que hizo ella fue completar ese triaje, una función esencial para decidir a quién atender antes. Se realiza a través de un código de colores, en el que se otorga el rojo a los supervivientes en peor situación. Había cuatro rojos. «Fue muy difícil porque no había nada de luz y apenas veíamos», cuenta.

Lesiones de columna

Al poco llegó la ambulancia de A Guarda. Después llegarían otras diez. Los médicos estuvieron inmovilizando a los pacientes. Aparentemente había muchos con lesiones de columna. La doctora Portela se fue con el primer paciente grave al hospital Álvaro Cunqueiro, que atendió a siete, Fátima trató a siete, Povisa a cuatro y HM El Castro a cuatro más. Solo dos personas tuvieron que ser operadas y se espera que su evolución sea buena.

Eloy tenía esperanza de obtener el alta en breve. Le hicieron radiografías, lo limpiaron y le cosieron el pómulo izquierdo. Tenía cristalillos hasta en la nuca. Este trabajador de PSA cuenta que ya sufrió años antes otro accidente con un caballo: «Tengo experiencia con los caballos y esta vez hubo suerte y podemos contarlo».

La alcaldesa de Oia, Cristina Correa, quiso felicitar también la labor de los bomberos del GES de A Guarda, la Guardia Civil y el 061, «por su coordinación y eficiencia». La regidora se desplazó al lugar en cuanto tuvo constancia del siniestro y permaneció atenta a lo que se pudiera demandar de la administración municipal para las labores de auxilio y rescate de las víctimas.

En el autobús de la empresa ATSA, pero que realizaba un servicio discrecional para PSA, viajaban cuarenta pasajeros, trabajadores de la comarca de O Baixo Miño que regresaban a casa tras la jornada laboral. El conductor del ómnibus no pudo evitar la colisión contra un caballo que irrumpió en la vía, a la altura de la parroquia de Mougás, en el kilómetro 26 de la PO-552. Tras el atropello, hubo una salida de vía y el autobús acabó volcando sobre su lateral izquierdo. Once viajeros resultaros ilesos. «Sentimos un golpe muy grande y, al momento, chocamos y volcamos. Me agarré al asiento y me salvé», explicó una víctima en el escenario.

La Guardia Civil ha localizado al propietario del caballo, que falleció en la colisión, y que se hizo cargo del animal. Tráfico de O Porriño instruye las diligencias para esclarecer el siniestro.