Un vecino de Oia denuncia la muerte a golpes de un cachorro de tres meses

alejandro martínez OIA / LA VOZ

OIA

Alejandro Martínez

La Guardia Civil investiga el suceso ocurrido en una vivienda de Mougás

26 jun 2018 . Actualizado a las 07:49 h.

La Guardia Civil investiga la muerte a golpes de un perro de raza mastín durante la madrugada del viernes en una vivienda de Mougás, en Oia. El dueño, Jaime Montero, lo encontró moribundo cuando llegó el domingo por la mañana a la vivienda y lo llevó al veterinario, donde murió una hora después. La autopsia realizada reveló que tenía los órganos vitales destrozados. Ahora trata de buscar una explicación y de encontrar a los responsables de semejante crueldad.

Montero acude a diario a la finca donde guardaba al perro, donde está preparando dos viviendas pareadas para alquilarlas durante la temporada de verano. De hecho, arrendó una de ellas por primera vez el pasado fin de semana. La vivienda fue ocupada por unos chicos de fuera de la provincia. Tres de los siete jóvenes que se iban a alojar llegaron el viernes por la tarde. Jaime les enseñó la casa y les dijo que había un perrito en el otro lado, pero les dijo que estuviesen tranquilos porque era un cachorrito de tres meses que no se iba a meter con nadie. Tras dejarles instalados se fue a hacer unos trabajos al otro lado de la casa, hasta que dieron las nueve de la noche y se fue del lugar.

Al día siguiente regresó con su familia y se encontró al animal tirado en el suelo. «No se movía. No nos vino a recibir y tenía la mirada perdida», recuerda. La escena les extrañó muchísimo y pensaron que a lo mejor podría haberse caído. Cogió al cachorro en peso y este empezó a aullar. Viendo que se encontraba muy mal, lo llevaron rápidamente a una clínica de Vigo que abre todos los días.

Examen

Los veterinarios lo examinaron y en un primer momento pensaban que tenía un golpe. Al cabo de una hora, el perro falleció. Le hicieron la autopsia y descubrieron que, además de una fuerte contusión en la cabeza, el animal tenía todos los órganos destrozados. Los pulmones, riñones, hígados, entre otros órganos, estaban deshechos. No saben cómo pudieron haberlo matado porque no había sangre. No había huesos rotos, los resultados de la analítica fueron los normales y tampoco había signos de que hubiese ingerido algún veneno.

Todos los indicios les hicieron pensar que el perro pudo haber recibido una paliza. En la finca podría haberse caído, pero les resulta extraño porque en las tres semanas que llevaba allí, nunca sufrió ningún percance. Y en caso de caerse, lo peor que le podría pasar sería romperse un hueso o sufrir otro tipo de lesión. «Los órganos no se destrozan por dentro», lamentaba ayer Jaime.

Al final concluyó que algo le habrían hecho a su perro. Llamó a los chicos que se encontraban de alquiler y algunos ni siquiera sabían que había allí un perro. Aseguran que no se percataron de nada porque tenían música puesta dentro de la casa y no escucharon ruidos, pese a que el perro tenía que haber gritado bastante por los golpes que tuvo que recibir.

La vivienda donde se alojaron los chicos está separada de la de donde se encontraba el perro por un muro de unos dos metros de altura. «Me perjuraron que ellos no habían sido, que jamás harían daño a los animales y que ni vieron a la perra», aseguraba ayer. Los jóvenes hicieron uso de la piscina y dejaron la casa en buen estado. El fontanero, que abandonó la casa el viernes después que él, le dijo que se había encontrado a un hombre de unos 40 años que podría resultar sospechoso porque no lo había visto nunca. «Yo no puedo acusar a nadie. No tengo cámaras».

El dueño del animal no pierde la esperanza en poder localizar al responsable de esta salvajada. «Voy a mover todo lo que pueda y mirar si hay algún otro caso».

Asegura que el perro recibió más de una patada y que con una sola ya se habría escapado. «Lo debieron de perseguir o jugar a patadas con él. Cuando fue para Vigo ya iba noqueado y duró una hora, vomitando sangre», lamentaba. Descarta que haya podido ser atropellado porque el animal se encontraba dentro de una finca cerrada, de la que era imposible que escapara.

El suceso se produjo dentro de un barrio muy tranquilo y con muy poco tránsito. «Aquí nunca tuvimos problemas de robos. Voy a poner todo lo que esté en mi mano para averiguar quién ha sido», aseguraba ayer.

Murió en la clínica veterinaria y la autopsia reveló que tenía todos sus órganos deshechos