La alcaldesa, Rosa María Otero, se muestra satisfecha por la revalorización del monumento
21 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«El puente de Bonaval se quederá en la parroquia de Oia», así de satisfecha se mostró ayer la alcaldesa, Rosa María Otero, tras el encuentro que mantuvo en la Dirección de Infraestructuras de la Diputación y en la que se abordó la polémica sobre el paso del siglo XVIII que estuvo a punto de desaparecer del municipio.
Este monumento histórico está en la zona del vial que une Burgueira y Cristelos. Hace ya uno años que se amplió esta carretera porque es muy estrecha y entonces se puso parte del forjado sobre el histórico paso. El problema surgió hace unos días cuando los vecinos advirtieron al gobierno local de que había maquinaria trabajando en la zona y de que pretendían llevarse las piedras de su puente.
La alcaldesa, Rosa María Otero, paralizó las obras de la Diputación. «Nosotros no conocíamos el proyecto y cuando llegamos al sitio, las piedras ya estaban numeradas para llevárselas», explicó. Por eso decidió ordenar que se parasen y convocó a los vecinos de Burgueira a una asamblea para que se posicionaran sobre su puente. Acudieron medio centenar de personas. «Hicimos un referendo y todos los vecinos tenían claro que el puente tenía que quedarse en el sitio», señaló la regidora.
Es la misiva con la que ayer acudió a la Diputación y, parece, que las partes comparten criterios. «Fue un encuentro muy satisfactorio, comprenden nuestras pretensiones, porque es un puente de la parroquia», señaló. La regidora mostró su sorpresa porque, «además de no conocer el plan, nos informaron de que se iban a llevar el paso y sus piedras, porque el anterior gobierno no puso objeción alguna».
Está previsto que responsables del departamento de infraestructuras de la Diputación visiten en breve el lugar para acordar cuál es la mejor fórmula para acometer las labores de mejora del vial y asegurar el puente de Bonaval. «El forjado de la carretera que se puso hace años sobre una de sus partes ya le ha afectado y también las corrientes del río, pero haremos lo que sea para poder protegerlo y salvaguardarlo para la parroquia», insistió Otero.
El nuevo gobierno local de Oia apuesta por trabajar en la creación de un museo arqueológico y etnográfico propio en el que se puedan disfrutar piezas de gran valor que ahora se atesoran en otros museos.