Oia se queda sin las pozas del río Tamuxe, que no se recupera del desastre de junio

Mercedes García

OIA

28 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Han pasado más de dos meses desde que un error en la gestión del embalse de Vilachán arrasara uno de los principales reclamos turísticos de la parroquia de Burgueira, en el concello de Oia: las pozas fluviales que durante decenios atrajeron a miles de bañistas y amantes de la naturaleza. Transcurridos dos meses, no ha mejorado nada la situación. Y aún es susceptible de empeorar, según advierten en la comunidad de montes, que teme que la llegada del otoño y sus lluvias conviertan el antiguo paraíso en un lodazal.

A finales de junio, la comunidad de montes de Burgueira denunció a la empresa eléctrica Hidrotide por abrir la compuerta del embalse del río Tamuxe y vaciar la cantidad de agua acumulada por las lluvias. Este hecho hizo desaparecer las pozas y redujo el caudal del río debido a que el agua iba acompañada de toneladas de lodo. Zonas que antes contaban con una profundidad de entre cuatro y siete metros, hoy pueden atravesarse caminando sin correr riesgo alguno de ahogarse.

El desastre no afectó solo a la profundidad de las pozas, sino que incluso cubrió algunas rocas. «La cantidad de agua y lodo acumulada en el embalse era tan grande que al abrir la compuerta de la presa desbordó el transcurso del río, avanzando por las zonas rocosas», explica Camilo González, presidente de la comunidad de montes de Burgueira. El aluvión acabó con otro de los tesoros del Tamuxe: las truchas, que han pasado de destacar por su gran cantidad, a brillar por su ausencia, causando el malestar de todos los aficionados que practican este deporte.

Si en junio los comuneros creían que las corrientes, con el paso de los años, limpiarían el lodo acumulado, hoy tienen claro que eso no sucederá nunca. El lodo se ha asentado y está firme, su retirada natural es prácticamente imposible. Y en caso de que el agua lo arrastre, perjudicaría otros puntos del río que desemboca en Pías, O Rosal, y pasa por otras parroquias de Oia. En total hay un kilómetro de río afectado, en el que se cuentan decenas de pozas desaparecidas.

En su día, la Consellería de Medio Ambiente aseguró abrir una investigación que podría desembocar en una sanción a la empresa Hidrotide Agrupación Económica si se llegaba a demostrar que hubo intencionalidad en la apertura del embalse, como sostiene la propia comunidad de montes. Pero, hasta la fecha, la única acción realizada desde la empresa para mejorar la situación fue de limpieza en el embalse. Hace dos semanas retiraron parte del lodo acumulado en los bordes, a lo que dedicaron únicamente tres días, según informa Camilo González. «Requería mucho más esfuerzo, esto no es suficiente», añade. Ahora, los comuneros esperan que la Justicia esté de su parte e impidan a Hidrotide seguir con su actividad. Creen que una sanción no compensará el daño que han hecho.