162 días para levantar el Capitolio

Monica Torres
mónica torres O ROSAL / LA VOZ

O ROSAL

cedida

El rosaleiro Praxíteles González ha hecho una recreación en madera del edificio que alberga el Congreso de Estados Unidos

06 ene 2022 . Actualizado a las 00:30 h.

Praxíteles González Martínez tiene «los monumentos más bonitos del mundo» en su casa de O Rosal. Es el título de la colección que inició hace unos años y que le ha llevado a reproducir a escala los edificios que más interés le despiertan. Acaba de terminar su última miniatura, que es a la vez más grande porque se ha levantado su propio Capitolio de madera a escala 1: 100 con todo tipo de detalles.

«Mide unos 2,5 metros de largo y 1,5 de alto así que tuve que cortarle las patas a la mesa de trabajo para que me cupiera», explica. Las dimensiones del monumento, que pesa más de 150 kilos, le obligaron a hacer aparte la estatua de la libertad que preside la bellísima cúpula del Congreso de los Estados Unidos y que completan su obra. Es una representación, tan fidedigna, apunta, que tiene las más de 600 ventanas del edificio original. «Intento superarme cada día porque a nuestra edad, es como cuando andas en bicicleta y, como pares te caes», defiende este rosaleiro de 84 años.

Asegura que no puede descansar bien de noche si no sabe qué va a hacer al día siguiente. «Necesito trabajar en cosas complicadas, que me hagan pensar», sostiene Praxíteles González. Para levantar su Capitolio de madera trabajó durante 13 meses, «a una media de diez horas diarias», por lo que realmente ha invertido 162 días completos. Explica que lo que más trabajo le dio fue la cúpula del icónico edificio de Washington y que le fueron «fundamentales» sus conocimientos en trigonometría y geometría.

Comenzó su particular galería de arte hace siete años, cuando su hija le pidió que construyera una casa de juguete para su nieta Rosalía. «Luego hice un par de maquetas más de casas y ya me metí de lleno en las catedrales». Este gran constructor a pequeña escala ha reproducido ya la catedral de Santiago de Compostela, la de Notre Dame, la de Florencia y la de Milán. «La de Santiago fue la que más me costó porque la hice en varias plantas, pero todas las catedrales que he hecho, las reproduje también por dentro», destaca. No piensa acabar aquí su colección, pero duda en si su próxima empresa será la Sagrada Familia o el Taj Mahal.

Emigrante y escritor

Praxíteles González es un autodidacta que se forjó a sí mismo en la escuela de la vida. Hace nueve años publicó su primer libro. En Yo también fui contrabandista en el estuario del Miño sacó a la luz su niñez en la época del estraperlo. Ya hay otros cuatro de su autoría a la venta. Fue a la tejera con 12 años y estuvo 18 en Alemania, donde trabajó en una fábrica de ruedas y estudio electricidad.