Los rosaleiros ven ahora la opción de permanencia un poco más cerca
29 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Casi 15 años pasaron para que el Novas haya vuelto a ganar un partido a domicilio en el segundo escalafón del balonmano español. Desde su primera temporada en la categoría de Plata, dónde consiguieron tres victorias como foráneo (Naranco Oviedo, Summa Hoteles y Amenábar Zarautz), el equipo únicamente había sumado un punto, en segunda experiencia en esta división (en Alcobendas en el 2011).
Hasta el sábado los rosaleiros contaban sus once salidas por derrotas, un bagaje que convertía a los de O Rosal, junto a Santoña, en el peor visitante. Tocados en la última posición y con el estigma de caer en todos los finales apretados, el cuadro de O Rosal acudían a Palma del Río con la obligación de romper con esa estadística negativa si querían mantener viva alguna esperanza de permanencia y la victoria conseguida unida a las derrotas de rivales directos (Zarautz, Bordils, Agustinos o Sant Marti), deja la clasificación por la zona baja muy apretada. Los 8 puntos que separan al séptimo clasificado y al colista hablan de la igualdad de la competición, en la que actualmente el Novás es penúltimo con 16, a 3 de la salvación.
Los de Martínez tienen tres partidos en casa (Handbol Bordils, Viveros Herol Nava y FC Barcelona B) y tres salidas (Zamora, Zarautz y Ciudad Real). Un calendario nada fácil, y del que deberían conseguir al menos 8 puntos. El primer rival, el Handbol Bordils, que llega tras una mala racha que lo ha abocado a los puestos de peligro. Otro partido clave para seguir soñando.