Inquietud en O Val Miñor porque la amenaza de la avispa asiática se triplica

Monica Torres
mónica torres BAIONA / LA VOZ

O ROSAL

Mónica Torres

El año pasado se perdió el 25% de la miel y este hay muchos más nidos

03 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La proliferación de nidos primarios de avispa asiática en las comarcas de O Baixo Miño y O Val Miñor, principales vías de entrada de esta especie invasora en Galicia por Portugal, inquieta a los apicultores. La ingente cantidad de ejemplares que caen en las trampas y la localización de nidos en los sitios más insospechados eleva las alarmas. En O Val Miñor se preparan para el mayor ataque de vespa velutina desde que coló por el Miño. «Esperamos que las trampas aminoren el impacto pero, por cantidad, efectivamente podemos esperar el triple de estas avispas que el año pasado», indica José Ramón Suárez Estévez.

Él es delegado en las Rías Baixas de la Asociación Apícola Galega (AGA) y uno de los doce apicultores miñoranos que desde hace más de un año hacen un frente común contra el enemigo número uno de las abejas. «En los dos últimos meses hemos capturado más de 4.000 ejemplares de esta especie frente a los 1.500 del mismo período del año pasado», confirma. El porcentaje de insectos muertos advierte de que su capacidad de reproducción, con hasta 20.000 larvas por nido, es muy superior a la de reacción.

La producción de miel ya comenzó a resentirse en la campaña anterior, con una pérdida media en la comarca de O Val Miñor que se estima en un 25 %, aunque el impacto fue muy desigual según cada caso. «Los que esperaron a recolectar a septiembre quedaron sin nada, yo perdí cinco colmenas porque por la presión ya no salían a trabajar en julio. En mi caso perdí un 40% de producción con respecto al año anterior», indica Ramón Suárez.

Colaboran en el estudio que están llevando a cabo AGA y la Universidade de Vigo en todo el territorio gallego para dar con las trampas más efectivas. Los resultados los hará públicos la asociación o la institución educativa pero, a día de hoy, ellos ya pueden dar una visión objetiva sobre los atrapa avispas con mejores resultados en la zona.

En O Val Miñor se quedan, como lo hizo hace dos años O Rosal cuando importó la fórmula magistral que se aplicaba en La Rioja, con el método de atraer a su presa embriagándola con alcohol y azúcar para que se ahogue en el mismo recipiente. Los apicultores rosaleiros demostraron la supremacía del albariño en el mundo de estos insectos sobre otros caldos. La fórmula infalible en cualquier caso sigue siendo la de mezclar vino y cerveza con zumo de arándanos y azúcar. Después solo hay que esperar que caigan y recoger.

«Buscamos las trampas más eficientes y en las que caigan menos ejemplares de otras especies nativas. En O Val Miñor la que más nos funciona es la de rellenar botellas con esa mezcla de vino y arándanos, pero también se están probando otras dos», explica José Ramón Suárez. Las alternativas se llaman Avispa Clac y Betofarma y, aunque se diferencian por el tamaño y el color del envase, lo que realmente las distingue es la mezcla de los productos naturales que se emplean en cada caso y que ya se compran con el kit.

Sobre las localizaciones de los nidos ya nada sorprende. Dos años después de los hayan encontrado bajo viñas y, aunque mantienen su predilección por los enclaves a muchos metros de altura en copas de árboles o tejados, la vespa velutina llega a fabricar sus nidos dentro de las propias colmenas de abejas.

La amenaza no puede estar más cerca. El año pasado hubo que alimentar manualmente a las abejas en O Baixo Miño porque dejaron de salir ante el temor a ser atacadas y en O Val Miñor confirman que . «Hoy mismo nos han advertido de que han encontrado hasta tres nidos dentro de un colmenar en Torroña, en Oia», destaca el apicultor. La amenaza se ha disparado porque se han triplicado el número de nidos.

Creen que las reinas no hibernaron porque no hubo frío suficiente. Los primarios son los que ellas elaboran nada más salir de este estado y, aunque son muy pequeños, como una naranja, tienen entre 15 y 20 obreras. El objetivo de los apicultores es destruir cuantos puedan porque las avispas que nazcan de las larvas que hay ahora son los que van a ayudar a hacer los grandes, que son los secundarios. En estos últimos que se construyan a partir de julio, momento además de máxima actividad en las colmenas, es donde pueden llegar a concentrarse hasta 20.000 larvas con el consiguiente incremento de su poder de aniquilación de abejas.

Por eso es decisivo el jaque a la reina y el plazo termina este mes. La inquietud es evidente en las dos comarcas. El alcalde de O Rosal, Jesús María Fernández Portela, dictó en abril un bando pidiendo colaboración para que se notificara la localización de nidos primarios. Los municipios fronterizos del Miño son, con diferencia, los más afectados de la provincia por la expansión de la avispa depredadora de abejas. Las islas el Miño estaban infestadas hace ya tres años.