«Hace cinco años me reventé el cráneo y ahora crucé el Sáhara en bicicleta»

Monica Torres
mónica torres O PORRIÑO / LA VOZ

O PORRIÑO

cedida

El porriñés José Antonio Bugarín ha superado la extrema Titan Desert

10 may 2025 . Actualizado a las 01:27 h.

«Solo la gente vip como yo tiene dos cumpleaños. Los míos son el 23 de febrero y el 19 de noviembre, y además hablé con San Pedro». José Antonio Bugarín, conocido como Buga, es de O Porriño y lo dice con tal entusiasmo y convencimiento que dan ganas de comenzar a pedalear con él. Competitivo por naturaleza («hasta a las canicas me gusta ganar»), este deportista defiende que «nunca se puede decir nunca». El 19 de noviembre del 2020, un accidente le reventó el cráneo. Aquel día, Buga circulaba en bicicleta por la carretera de Arantei, en Salvaterra, cuando un coche se cruzó en su carril para cambiar de sentido.

«Impacté contra su parabrisas y con el golpe reventé el cráneo. En ese momento entré en pausa, ya no me acuerdo de nada más», relata.

Cinco años después, ha superado la prueba por etapas de mountain bike más dura del mundo: Seis etapas, más de 500 kilómetros y 4.000 metros de desnivel en la Titan Desert, en el desierto del Atlas. Lo ha hecho como parte del equipo del Instituto Guttmann, un instituto de Salud Cerebral y Neurorrehabilitación ubicado en Barcelona, donde fue paciente tras el accidente. Todo, enfrentándose a la dureza extrema del terreno y a unas condiciones meteorológicas al límite. «Siempre hago lo que me propongo, pueda o no. De una u otra manera hay que hacerlo», asegura este deportista de 37 años que ha conquistado esta competición límite.

«Creo que el recibimiento que me hicieron fue el primer momento en el que empecé a darme cuenta de que había completado la Titan Desert», confiesa. Este miércoles a última hora, al llegar a O Porriño, le esperaba una gran sorpresa: su mujer, familia y amigos lo recibieron formando un pasillo con ruedas de bicicleta en alto. Entre aplausos y emoción, el alcalde, Alejandro Lorenzo, le entregó una distinción. Otra fecha para recordar.

El 6 de mayo, cruzó la meta. «A nivel ciclismo he alcanzado el mayor reto de mi vida. El personal lo superé hace cinco años», dice, al recordar aquel 19 de noviembre que resquebrajó la vida de este porriñés que trabajaba como jefe de tráfico de una empresa de transporte de productos fríos

El accidente borró gran parte de sus recuerdos, especialmente de los meses previos, de los que solo le quedan chispazos aislados. «Lo primero que recuerdo fue en mi habitación de Guttmann, el día de mi cumpleaños, en febrero de 2021», cuenta. Allí también recibió rehabilitación neurológica con el doctor Gálvez, quien aplicó terapias para favorecer la plasticidad neuronal mediante electrodos.

«Siempre reciclándome, pero siempre encima de la bici», dice. Porque además de la memoria, el accidente le robó gran parte de la coordinación del lado derecho del cuerpo. Por eso, volver a subirse a la bicicleta fue un acto más de valentía. «Me daba pánico», confiesa. Pasó más de dos meses en coma inducido en el Hospital Álvaro Cunqueiro. Luego fue trasladado al Instituto Guttmann de Barcelona, que este año celebra su 60 aniversario. Allí llegó tras el accidente, con un politraumatismo y un traumatismo craneoencefálico severo. «Dicen que es adquirido, pero yo no compré nada ni me lo pedí, eh?», bromea

Cuando regresó a O Porriño en julio de 2021, todavía no reconocía a muchas personas. Fue entonces cuando en Cogami, la Confederación de Personas con Discapacidad, le dijeron que debía «reciclarse». Y lo hizo. «El accidente me obligó a reiniciar mi vida con 32 años, cogiendo pedacitos de los recuerdos, pero siempre encima de la bicicleta», dice. Y así, el 12 de septiembre de 2021, casi un año después del accidente, volvió a subirse a una bicicleta. «Me daba pánico por la falta de coordinación en la parte derecha del cuerpo. Pero nunca se puede decir nunca»

Esa filosofía lo empujó hasta el desierto del Sáhara, donde pedalear se convirtió en una prueba de resistencia mental. «La Titan Desert es una prueba dura por la presión continua. Aunque ahora físicamente estoy bien, el estrés cerebral me afecta mucho y las condiciones meteorológicas son extremas», explica. La etapa maratón, entre el 4 y el 6 de mayo, fue el peor momento. «Sin asistencia física ni mecánica, durmiendo en una jaima común y cargando lo básico en una mochila de hidratación», explica

Un ciclista más, pero también un superviviente. Un mensaje que Buga lanza a todos los conductores: «Nuestra carrocería es nuestra piel». Pide respeto, especialmente a los conductores portugueses, que, según él, incumplen con más frecuencia aún las distancias de seguridad. «El otro día casi me tira un camión», recuerda. Cita el libro de Álex Toca El límite lo pones tú, para reafirmar su propósito de seguir conquistando metas. Porque Buga, después de atravesar el desierto del Sáhara, sigue pedaleando y tiene por delante nuevas citas en un apretado calendario de competición.