Faurecia pide al juzgado que liquide su antigua empresa en O Porriño, Madera Fiber

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

ÓSCAR VÁZQUEZ

La firma de automoción está interesada en parte de la maquinaria

16 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

 La plantilla de la porriñesa Madera Fiber Technologies ve cada vez más próximo el cierre definitivo de la empresa. Su antigua propietaria, la gigante de la automoción Faurecia, ha reclamado al Juzgado de lo Mercantil 2 de Pontevedra «el oportuno impulso procesal» al concurso de acreedores al que está sometido la sociedad y «acuerde de oficio la apertura de la liquidación concursal».

En enero del 2022, se hizo efectiva la venta de Faurecia Interior, situada en As Gándaras, al fondo de inversión Callista Private Equity, que la adquirió por un euro. Apenas meses después la compró la rumana RW Future Tech SRL, sociedad que finalmente solicitó el concurso de acreedores de esta empresa de O Porriño. Ocurrió el pasado otoño, dejando en el aire un centenar de empleos. «Nos han enterrado en 18 meses», lamentaban el primer día que se manifestaron.

Aunque ha cambiado de manos, la plantilla de As Gándaras ha exigido responsabilidades durante todo el proceso concursal a su histórica propietaria, Faurecia, cuyos trajes de trabajo vistieron hasta el último día. Los trabajadores consideran que la fabricante de componentes de automoción vendió el negocio en el 2022 a un fondo que nunca presentó un proyecto industrial viable para Madera Fiber y los abandonó a su suerte. De la otra parte, también representantes de Faurecia acudieron hasta O Porriño en varias ocasiones desde que la empresa se acogió a la ley concursal. Según explicaron los sindicatos, «lo hicieron porque tenían comprometidos varios pedidos con fabricantes de vehículos» y en esta factoría de O Porriño tenían experiencia en procesos especializados. 

Piezas y recambios

Además de pedir el cierre, la representación de Faurecia en España está reclamando que se ejecute «cuanto antes» la liquidación de la masa activa de Madera Fiber Technologies porque en la fábrica se encuentran «una serie de piezas y recambios» que intentan comprar «desde hace tiempo» sin éxito. Añaden que son los trabajadores quienes «ilegal e ilegítimamente» están bloqueando esta venta y que deberían haber propuesto un convenio del que no han tenido constancia.

La plantilla de O Porriño no ve con buenos ojos la decisión traslada desde Faurecia al juzgado. Explican que esta petición tan solo beneficia a quienes optan por acelerar el cierre de esta empresa e impide que el Igape continúe con la búsqueda de un inversor interesado. Leonardo Suárez, representante de los trabajadores, señala que la Xunta había establecido contactos con cuatro posibles compradores, pero que en caso de liquidación «ya no habrá nada que hacer, solamente acudir al Fogasa». La edad media del centenar de trabajadores afectados por este embrollo empresarial es de 50 años. Intuyen que les podría resultar difícil encaminar a esta altura su vida laboral.

Otro asunto en el que trabajaba la parte social es el coste por el que se cerró la venta de los terrenos donde se sitúa la nave de Madera Fiber. Se traspasaron por 2,4 millones, mientras la plantilla ha contrastado que están tasados por cuatro veces más.