El puerto de Vigo exporta más producto elaborado que como materia prima
15 jul 2021 . Actualizado a las 15:15 h.Las empresas graniteras de O Porriño ya invierten una tendencia histórica. A través del puerto de Vigo, las sociedades de las canteras apuestan por importar el producto en bruto traído desde países africanos, Brasil, Finlandia o Noruega para transformarlo, elaborarlo y venderlo bajo la naturaleza aduanera gallega. La clave reside en el tratamiento que recibe el granito en A Louriña y O Condado y la adjudicación del sello de calidad Porriño, reconocido en los mercados internacionales por los controles exhaustivos y la experimentación de la industria local en este material. Actualmente, desde el Puerto de Vigo se exporta más granito elaborado que en bruto: los embarcos del producto tratado han alcanzado 207.000 toneladas anuales. Las de bruto, 123.000.
Las graniteras de O Porriño y Mondariz ya les echaron el ojo a canteras de otras partes del mundo hace años. Compran bloques en destinos diferentes y realizan tipos de operaciones distintas dependiendo del material y del origen. Por ejemplo, con el granito procedente de Finlandia o Polonia se realiza transformación en tabla, un proceso que implica que cambie su naturaleza aduanera y luzcan la designación made in Porriño. En otras ocasiones, las compañías importan el producto terminado desde China o la India y no proceden con transformaciones, de manera que las empresas gallegas lo venden como granito elaborado con origen asiático.
«La piedra de origen Porriño o Mondariz es muy sana», reconocen desde Granisa, una de las mayores exportadoras de A Louriña. Explican que, por cuestiones de logística, resulta mucho más económico para una empresa de la zona poder proveerse de material en su propia zona, pero apuntan a las altas exigencias del mercado, en términos de demanda, como el motivo principal para haber extendido sus canales de importación a países de los cinco continentes. «Un metro cúbico de granito negro de Zimbawe nos puede costar 400 euros», cifran desde Granisa. Un bloque del mismo tamaño de piedra de Porriño les costaría 25 euros.
Otro ejemplo de esta apuesta por la importación del granito en bruto para transformarlo con mano de obra porriñesa es Levantina. La empresa, propiedad del fondo de inversión británico Bybrook desde 2019, incluso cuenta con una división en Brasil, «de manera que atendemos el mundo desde Galicia, pero también desde Brasil», explican desde el área de exportaciones de la mayor granitera del sur de Galicia. Además, destacan que el mercado de la construcción y la decoración se ha vuelto exigente, de ahí la necesidad de ampliar sus catálogos con materiales preciosos y procedentes de diferentes rincones del mundo.
Actualmente, Argelia es uno de los principales destinos que acoge granito en bruto del sur de Galicia, exportado a través del Puerto de Vigo. Reciben 44.000 toneladas anuales. Portugal recibe cinco millones de euros en ventas. La demanda de Italia por la recepción de producto sin tratar también es considerable (22.000 toneladas). De hecho, hace años eran empresas transalpinas las que importaban granito rosa de O Porriño y allí lo cortaban y pulían. Lo vendían después como si fuese mármol italiano. Sucedió esto cuando la empresa gallega Blokdegal suministró a empresas italianas bloques de granito porriñés para la construcción del edificio del Consejo de Europa en Bruselas.
Precisamente por depender de la otra esquina del mundo para proveerse de material y desarrollar su actividad, las graniteras de O Porriño están sufriendo directamente la subida de precios del transporte marítimo y la escasez de fletes para importar y exportar. «La falta de buques y la inestabilidad de algunos puertos ha provocado que se tensione la oferta», advierten desde Levantina. En Granisa la sensación es parecida. «Está siendo un año complejo». Durante el primer cuatrimestre del 2021, las exportaciones gallegas de granito superaron las 186.000 toneladas, un 22 % más que el mismo período del año anterior.