El Sindicato de Maquinistas critica que se culpe del accidente de O Porriño al conductor fallecido, «que no puede dar su versión»

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

O PORRIÑO

Estado en el quedó el tren Vigo-Oporto tras el descarrilamiento, ocurrido el 9 de septiembre del 2016
Estado en el quedó el tren Vigo-Oporto tras el descarrilamiento, ocurrido el 9 de septiembre del 2016 M. MORALEJO

El secretario general de la central sindical cree que en el descarrilamiento hubo «una cadena de errores» previa

31 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Sindicato de Maquinistas (Semaf) no está de acuerdo con el contenido del auto emitido la semana pasada por el Juzgado de Instrucción número 1 de O Porriño, en el que se archivan las diligencias al señalarse como único culpable al maquinista portugués que falleció en el descarrilamiento ocurrido el 9 de septiembre del 2016 en la entrada de la estación de O Porriño. Hubo tres muertos más y 47 heridos. En un análisis del accidente realizado por el secretario general del Semaf, Juan Jesús García Fraile, se recuerda que el auto «se fundamenta en el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), en el que no se llega a ninguna conclusión definida, responsabilizando por descarte al profesional que conducía el tren, y que por el fatal desenlace no puede dar su versión de lo sucedido». En la central sindical creen que es necesario recordar que un accidente «no se produce por una sola causa». «La seguridad del sistema -añaden- no recae únicamente en el factor humano del profesional que conduce el vehículo». Y el informe de la CIAF no tiene en cuenta «la cadena de errores» que propició el descarrilamiento.

En primer lugar, el hecho de que el ADIF llevara a distintos trenes -entre ellos el accidentado- por vía secundaria para comprobar si funcionaba un desvío averiado. «Y lo hizo sin informar de este hecho ni al maquinista ni a la empresa titular del tren. Circunstancia que habría supuesto una alerta al paso por ese punto reduciendo considerablemente la probabilidad de accidente». Además, recuerdan que los trabajos que se estaban realizando ese día en el punto del accidente, a cargo del responsable de la infraestructura (ADIF), no estaban señalizados. «Es una obligación normativa para advertir a los maquinistas y evitar, precisamente, los accidentes».

También refieren como tercer eslabón en la cadena de errores «la incorrecta colocación de una baliza de cambio significativo de la velocidad presente poco antes de la señal avanzada. Una circunstancia que a buen seguro pudo confundir al maquinista, induciéndole al error en la interpretación de la normativa». El cuarto sería el uso del «obsoleto» ASFA analógico, que no recuerda la señalización y que, en el caso de este accidente, no limita la velocidad del tren. Si el vehículo hubiera estado equipado con ASFA digital, se pararía de forma automática. «El informe de la CIAF dictamina que es un error humano por ser la opción subjetivamente más verosímil. Sin atribuir a toda la cadena de errores expuesta una mínima implicación y, por lo tanto, responsabilidad en lo sucedido. El accidente no se habría producido, tan solo, con que se hubiera cumplido uno de los elementos citados» en esta cadena de errores. Por eso los maquinistas aspiran a un órgano de investigación de accidentes «objetivo», que tenga en cuenta «todos los factores y agentes involucrados en la seguridad ferroviaria».