Un atracador del cura de Pazos asalta a una anciana de Salceda durante un permiso carcelario

e. v. pita VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

al vazquez

El detenido por dar una paliza a una octogenaria es un recluso portugués que el próximo domingo termina de cumplir cinco años de cárcel por maniatar al sacerdote en su casa rectoral

23 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El juzgado de O Porriño ordenó ayer el ingreso en prisión del atracador Víctor José M.L., portugués de 40 años que está acusado de asaltar a punta de cuchillo a una octogenaria en su casa de Salceda de Caselas en enero. Es un recluso que disfrutaba de un permiso penitenciario en A Lama tras lograr el tercer grado y el próximo domingo iba a quedar totalmente libre al agotar su condena de cinco años por atracar, junto a dos cómplices, al cura de Pazos de Borbén en el 2013, de 74 años y al que maniataron en la casa rectoral. Se llevaron sus tarjetas y se las gastaron en un club de alterne. Hace poco, Portugal solicitó a España que le entregase al recluso para que cumpliese otras penas pendientes por robos con violencia.

El asalto en Salceda fue a principios de enero y a plena luz del día. El implicado aprovechó que la víctima vivía sola, entró en su domicilio, le puso un cuchillo en el cuello, le hizo algunos cortes y le dio un golpe en la cabeza. Luego, le robó el dinero. La mujer, de 84 años, se llevó un buen susto y salió sangrando por la cabeza y los brazos a pedir ayuda a un colegio cercano a su casa. Las profesoras la auxiliaron.

Tras realizar diversas pesquisas, la Policía Judicial de la Guardia Civil de Vigo capturó hace dos días al sospechoso en O Porriño y ayer lo trasladó al juzgado. Se trata de un recluso que estaba de permiso penitenciario y que tenía litigios en Portugal por diversos robos con violencia.

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de O Porriño le tomó declaración ayer al sospechoso decretó ayer su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza. Está investigado por un delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada.

Pulsera electrónica

El recluso, durante sus permisos, tenía vigilancia a distancia para evitar que se fugase a Portugal y llevaba colocada una pulsera electrónica en una extremidad. Fue investigado por el robo al cura por el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo y fue condenado por la Audiencia en el 2014 en una vista por conformidad.