Mismo funeral, pero nichos separados para víctima y verdugo de O Porriño

alejandro martínez SALCEDA / LA VOZ

O PORRIÑO

XOAN CARLOS GIL

Magdalena y Tomás recibieron sepultura en el cementerio de Soutelo, en Salceda

21 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con una enorme tristeza e incomprensión, cientos de personas despidieron ayer a Magdalena Moreira y a Tomás Romero en Salceda. Por deseo de sus familias, el funeral fue el mismo para los dos, si bien ambos fueron enterrados en alas diferentes del cementerio de la parroquia de Soutelo, de donde era oriunda Magdalena. El velatorio tuvo lugar en el tanatorio de Guillarei, en el municipio vecino de Tui. A las seis en punto de la tarde, la comitiva fúnebre partió hacia la iglesia de San Vicente, donde ya había decenas de vecinos esperando en medio de un silencio roto únicamente por el sonido de la campana. Los hijos del matrimonio, Diego e Iván, contemplaron abrazados con sus parejas y otros allegados el momento en el que los operarios del tanatorio sacaron los ataúdes del coche fúnebre para depositarlos juntos en el templo. A ambos les habían puesto una corona con una única dedicatoria, un recuerdo de su nieto Enzo, con una rosa roja y otra blanca.

«Que tengan valentía ante la muerte injusta», rogó el sacerdote durante su homilía. Tras acabar la eucaristía, los restos mortales de Tomás fueron los primeros en ser introducidos en el nicho, en medio de los llantos y de la pena de ambas familias. Posteriormente, recibió sepultura Magdalena en el extremo opuesto del camposanto. Fue un momento muy intenso. Su nuera, llena de dolor, se desmayó y varios familiares intentaron reanimarla. Los vecinos mostraron un profundo respeto a toda la familia. Magdalena pertenece a una familia muy conocida en Salceda. Su abuela era rosquilleira y vendía por todas las parroquias, de ahí que fuese una mujer muy popular. Al sepelio también acudieron muchos vecinos de O Porriño. Tomás era natural de la entidad local menor de Chenlo, donde se produjo el crimen. Su familia dispuso un autobús para trasladar a todos los vecinos que quisieron acudir a decir el último adiós a la pareja. 

Tres tiros de escopeta

Los vecinos de O Porriño siguen sin comprender el trágico desenlace de este matrimonio. El día que firmaban el divorcio, Tomás cogió la escopeta de caza que guardaba en el desván y le asestó tres tiros a Magdalena que la mataron en el acto. Después, el hombre escribió una carta de despedida en la que pedía disculpas a su familia al tiempo que dejó un sobre con 1.800 euros para sus hijos. Después se suicidó disparándose un tiro en el pecho.