Lindano

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

O PORRIÑO

20 nov 2017 . Actualizado a las 12:55 h.

Es probable que muchos niños de los años 70 hayamos conocido el lindano en carne propia. Nos lo echaban en la cabeza para matar los piojos. Porque este plaguicida pareció durante décadas la panacea. Mataba piojos, mataba parásitos de los animales en la ganadería y terminaba con las plagas en los cultivos. Lo malo se descubrió después: es cancerígeno y provoca problemas hepáticos, renales, hormonales, ginecológicos, sanguíneos y del sistema nervioso. También se ha demostrado recientemente que favorece la aparición de párkinson. Para cuando, en 1991, fue prohibido por su toxicidad para el ser humano y la naturaleza, el lindano ya había hecho mucho mal. En O Porriño, Zeltia produjo, entre 1948 y 1964, más de 700 toneladas de residuos de lindano. Otras fuentes aseguran que fueron más de mil toneladas. Y, para deshacerse de ellas, las depositaron en terrenos del municipio o fueron empleadas para hacer el pavimento de caminos y carreteras. El resultado es que han contaminado de forma masiva el territorio. Esta semana se ha confirmado una nueva zona de contaminación en O Porriño. Y se ha prohibido el consumo de agua y productos hortícolas. Pero el lindano lleva ahí, como mínimo, 53 años. Y las medidas de precaución llegan ahora, medio siglo después.

Lo más asombroso del caso es que la Xunta pasa de puntillas sobre el tema. No se aportan datos. Hay oscurantismo absoluto. Y la empresa tampoco dice nada. El silencio de Zeltia, del grupo Pharmamar, es impresentable. No quiero pensar qué sucedería en Estados Unidos, por ejemplo, con un escándalo como este. Porque habría hasta películas que ganarían un Oscar.