Lupe Soto, la artesana de la miniatura

Monica Torres
mónica torres NIGRÁN / LA VOZ

NIGRÁN

XOAN CARLOS GIL

Sus piezas hechas en Nigrán lucen en más de 50 belenes de Europa y América

10 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Montar el belén es una de las tradiciones con más arraigo. Aunque parece estar perdiendo posiciones dentro de la decoración de las casas en Navidad, cada año ganan en popularidad las rutas o circuitos turísticos para visitar las representaciones más curiosas o de mayor valor cultural, histórico o técnico. Detrás de muchos belenes que abren sus puertas en cada puente de la Constitución hay un año entero de trabajo. «En cuanto se recoge el último ya se está pensando en el próximo y los encargos comienzan en enero», confirma Lupe Soto. Esta vecina de Nigrán, miembro de la Federación Española de Belenistas, es una de las contadas artesanas especializadas desde hace quince años en miniaturas y en la representación del pasaje bíblico más universal.

Lupe desvela que en su casa no se monta el belén, pero ella es la artífice de muchas de las piezas hechas a mano que componen los proyectos de más de un centenar de clientes para los que trabaja. «Los encargos comienzan en enero y hago más de un millar de piezas diferentes cada año», explica.

Como buena artesana, no contabiliza el número de figuras que pueda haber hecho. «Lo que más me piden son palomas y habré creado más de 5.000 de no más de tres centímetros de tamaño. En grupo, volando, encima de un tejado, con un niño...», cuenta.

La mayoría de los pedidos son de animales domésticos, y «la prioridad es el realismo». El listado de los más demandados continúa, tras las palomas, con perros, gallinas, pavos reales, animales silvestres y patos. Todos los encargos se van para fuera de Galicia. «Aquí se trabaja más el belén popular que el artístico. Hago figuras para más de medio centenar de belenistas, pero del resto de España, Italia, Norteamérica o Puerto Rico», indica esta artista miñorana. Precisamente, es de la isla caribeña desde donde le llegan los pedidos más especiales al tratarse de un proyecto personal de impacto social.

La obra de Lupe Soto siempre forma parte del Nacimiento de Morovis, el más conocido del Caribe. Su promotor es el médico Francisco del Río Ferrer, que pasó su infancia en España y desde aquí exportó la tradición. Lleva 56 años haciendo un belén con más de 2.000 piezas, encargadas a distintos artesanos. «Navidad para mí es saber que se alegran por presenciar el nacimiento, prácticamente la misma experiencia que tuve yo desde pequeño. Ese es mi propósito, aportar un espacio de paz, diferente y sin costo alguno», defiende este médico que cada año prepara escenarios diferentes en los que también se pone en valor la arquitectura y la sociedad local.

«Es muy emocionante para mí participar en este proyecto, para el que suelen encargarme 500 piezas. Para Morovis, no solo hago animales sino también libros en miniatura, todo con un tamaño de 3 centímetros, 25 imágenes de otros belenes del mundo y texto», indica Lupe Soto.

«El miniaturismo está más arraigado fuera de Galicia, sobre todo el Madrid, desde donde también me encargan libros personalizados para primeras comuniones, aniversarios o bodas», señala esta artesana que se muestra especialmente agradecida con sus padres por haberla apoyado incondicionalmente en su vocación artística. Tanto los libros como las figuras son obras de autor.

«Nunca hay dos iguales porque tampoco hay moldes. Cada pieza es única porque está hecha a mano», confirma. Al principio eran de barro, pero después se pasó a las arcillas poliméricas «porque no necesitan secar y gustan por su durabilidad, quedan como si fueran de piedra». Es una labor que aglutina muchas facetas artísticas. Hay que saber de pintura, escultura o arquitectura», dice esta vecina de Nigrán que hoy expone, además, su colección de aves exóticas en el congreso de Aviornis de Gondomar.