Viajar al espacio desde Nigrán: «Hoy, los satélites son como cajas de zapatos»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

NIGRÁN

M.MORALEJO

Es ingeniera aeroespacial, se formó como astronauta y dirige UARX Space. Colabora con agencias internacionales fabricando dispensadores de los artefactos gravitacionales

02 ene 2023 . Actualizado a las 10:51 h.

Cuando suenen las campanadas y la mayoría de los terrícolas fijen en su mente sus deseos para el 2023, Yanina Hallak (Buenos Aires, 1984) pensará en otras cuentas atrás, las de los lanzamientos espaciales que le quedan por delante en los próximos meses. A esta ingeniera aeroespacial no le hace falta viajar en un cohete para subir al firmamento: «Podría haber optado a la Agencia Espacial Europea hace unos meses, pero prefiero quedarme en Nigrán con mi proyecto». Ella, que dedicó parte de su juventud a formarse como astronauta y que es la única mujer al frente de una empresa aeroespacial en España, ya sabe lo que es superar la estratosfera. Ha participado en unos diez proyectos que ya gravitan en el espacio y en el 2023 colaborará en otros dos lanzamientos de satélites en los que ha trabajado la firma UARX Space, de la que es directora ejecutiva.

En unos meses se enviará al firmamento Rami —Reliable and Advanced Mission Injector—, un dispensador de nanosatélites o cubesats, fabricado en Nigrán, y que es el primer dispositivo de este tipo diseñado, construido y testado en España. «Es un sistema de separación para pequeños satélites. Hacemos vehículos de transferencia orbital y mecanismos de separación de satélites. Uno cuando se sube a un bus necesita asientos, pues a los satélites les pasa lo mismo. Lo que fabricamos son esos ‘asientos’, sin los que los cohetes no pueden volar». El próximo año se lanzará también Europe to Space, un proyecto piloto en el que UARX Space colabora con 22 universidades españolas para enviar satélites de sus alumnos desde Alemania. Y en el 2024, viajará al espacio desde EE.UU. otro de sus trabajos, Ossie, un dispensador que puede contener varios satélites. «Es un vehículo de transferencia orbital en el que trabajamos con la Agencia Espacial Alemana y otras empresas y universidades europeas».

En la era de las telecomunicaciones, en la que la geolocalización y la predicción son dos herramientas ya imprescindibles, los lanzamientos de satélites promovidos por empresas particulares han sido exponenciales. UARX Space nació en el 2020, en plena pandemia, para cubrir las necesidades que surgen con la proliferación de estos artefactos gravitacionales. «Los cubesats se idearon para que los estudiantes entendiesen cómo funcionan los satélites en la universidad y han explotado en los últimos años. Un satélite geoestacionario pesa 3.500 kilos y es grande como un bus. Hoy, los nanosatélites son como una caja de zapatos y pesan unos diez kilos». Explica Hallak que parte del éxito de estos dispositivos es que, si se pierden en el firmamento, el gasto económico es mucho menor. 

Un sector despegando

El suyo es un currículo estelar: Además de ser ingeniera aeronáutica y aeroespacial, Hallak se formó en Dirección de Negocios Aeroespaciales y está terminando el doctorado en la Universidad de Vigo. «A los cinco años le dije a mi padre y mi madre que quería ser astronauta». Asegura que la misma frase salió de su boca a los seis años, a los diez, a los 15... «Con 23 años hice un entrenamiento de astronauta en Alabama para lo que ahorré durante años. Creo que ya cumplí lo que quería en la vida».

Cursó sus estudios superiores en la Universidad Politécnica Estatal de California, en el mismo centro donde se inventaron los nanosatélites. Allí, Yanina y su socio coincidieron con varios gallegos del sector aeroespacial que les sirvieron de nexo con Vigo y su área, donde han establecido su empresa y su proyecto vital. «Andrés, mi socio, y yo hemos vivido en EE.UU., Argentina, Italia, Holanda e Inglaterra, pero cuando llegamos aquí nos dimos cuenta de que nos queríamos quedar». UARX Space tiene ahora diez trabajadores pero está en expansión, en febrero estrenarán una nave de 1.200 metros cuadrados en Nigrán. «Aquí se están haciendo muy bien muchas cosas. Esta industria está naciendo de abajo a arriba. Zona Franca ha hecho un gran trabajo ubicando en un mismo edificio las empresas del ámbito espacial y la Xunta también está apoyando». A lo que se suma el tener cerca empresas automovilísticas dispuestas a aprovechar las potencialidades de este sector.

Ella, que conoce el universo como pocos, ha elegido vivir en Galicia, donde ha dado a luz a su hijo, que crece a la par que su proyecto empresarial. «Nació en el Cunqueiro, y el amor que recibimos nos quedó grabado». Para compensar ese cariño, Hallak ha grabado a láser en el dispensador Rami las manos de los alumnos de la Escuela Infantil Pequerrechos de Nigrán, compañeros de su hijo. «Uno no sabe lo que puede sembrar. Si en 20 años un chico me dice que estudió aeroespacial por haber enviado esas manitas, a mí me vale todo».

Su canción favorita

«Dream On», de Aerosmith. «Esa canción me pone la piel de gallina. Me encanta Aerosmith, todo es aero en mi vida. La canción habla de los sueños y de seguir adelante hasta que se hagan realidad. Eso es lo que deseo para todo el mundo, que sueñen mucho y que trabajen porque al final todo se cumple».