La empresa desarrolló un activador en sus laboratorios de Nigrán
17 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es un objetivo que las granjas gallegas se tendrán que plantear más pronto que tarde. Por eso en la compañía biotecnológica gallega Bioprana llevan un tiempo trabajando en productos que contribuyan a valorizar deshechos como los purines. Su activador, un tratamiento biológico a base de microorganismos desarrollado en los laboratorios que la firma pontevedresa tiene en Porto do Molle (Nigrán), acaba de obtener el aval de la revista científica Atmosphere a su efectividad para disminuir las emisiones de metano y óxido nitroso de las explotaciones lácteas. Este sistema, además, tiene otras ventajas: mejora la licuación del purín, elimina sus malos olores, reduce la presencia de patógenos en los establos y aumenta los nutrientes que se aportan al suelo cuando se utiliza como abono.
La bioempresa centra su trabajo en la valorización de deshechos orgánicos y en su recuperación para la fertilización biológica del suelo. Conociendo el problema que muchas granjas gallegas tienen con el purín, pusieron en marcha una transferencia de conocimiento tecnológico desde Latinoamérica, donde cuentan con más investigaciones y estudios en este campo. El resultado ha sido el activador Bioprana, un «cóctel de microorganismos en forma líquida que fueron seleccionadas para trabajar entre sí alimentándose de la materia orgánica que se genera en la descomposición de los purines», relata Fernando Rey, socio fundador de la firma. Estas bacterias se alimentan y se reproducen en un proceso natural, ayudando a digerir el purín.
Actualmente, ya se está aplicando en más de 600 explotaciones gallegas. En el artículo de Atmosphere, titulado Emisiones de metano, óxido nitroso y amoníaco en granjas lecheras de España, se reconoce su efectividad para disminuir las emisiones. El estudio que sirvió de base para esta publicación fue realizado en seis granjas intensivas de vacuno de la comunidad. Concluye que, con el activador, el metano, 24 veces más contaminante que el dióxido de carbono, redujo su emisión entre un 42 y un 86 %.