La fogueteira más veterana de Galicia

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

NIGRÁN

cedida

Una mujer de 84 años de Nigrán se encarga todos los años de la tirada de bombas de palenque para conmemorar los actos religiosos de la parroquia de Camos

22 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Rosa Misa Alborés es la fogueteira más veterana de Galicia. A sus 84 años, continúa echando las bombas de palenque para conmemorar los actos religiosos de la parroquia de Camos, en Nigrán.

Con el permiso del cura, recauda dinero entre los vecinos para comprar los petardos, que luego ella misma se encarga de lanzar desde el atrio de la iglesia. Lo hizo recientemente con motivo de la bendición de una escultura de piedra de Santa Eulalia, que donó un vecino. El obispo de la Diocésis de Vigo-Tui acudió a la celebración religiosa que culminó con la tirada de las bombas de palenque. Consiguió tres docenas de petardos gracias a la colaboración económica de sus vecinos.

Rosa se prepara para volver a hacer resonar la parroquia el próximo día 24 a las doce de la noche. Es tradición en Camos la tirada de 21 bombas de palenque durante la Nochebuena. Rosa se presta a hacerlo porque le gusta y para que no se pierda una costumbre que está muy arraigada en el municipio. «Como aquí no hay quien las tire a esa hora, vengo a hacerlo yo también», dice.

Si no es por ella, nadie perturbaría el silencio en esa noche en la que se reúnen las familias. Falta voluntad para hacerlo. «En la parroquia hay mucho que ladra y nadie que muerda y entonces no hay quien haga nada», se queja. «Entonces salgo a la puerta con el permiso del cura, pido y reúno unos cuartiños para comprar los fuegos», dice.

Siempre se presta a hacerlo durante los acontecimientos religiosos importantes de Camos. «En las fiestas ya hay quien se encargue de tirarlos. Yo solo en la iglesia. Allá para arriba hay otro grupo, que hacen una fiesta de tres o cuatro días y se encargan ellos», dice. Tiene un bisnieto de seis años, a quien también ha contagiado el gusto por esta tradición, por lo que su pervivencia podría estar asegurada. «Esta loco por el fuego también», dice. Dentro de unos años podría verlo ya manejando los cohetes. Ella seguirá mientras viva porque es una afición que le gusta y «mientras no haya nadie que eche una mano porque aquí no hay», reconoce. «Hay gente a la que no le gusta que haga esto, pero a mí me importa un comino», asegura. Rosa trabajó durante más de 15 años en la empresa pirotécnica de su familia en Camos. Empezó soltando bombas de palenque en la iglesia cuando tenía 21 años, tras la muerte de su madre. Después siguió haciéndolo todos los años hasta ahora.

Su vida no fue fácil. De joven se marchó de casa después de tener una hija de soltera. Se ganaba la vida a caballo entre la fábrica de Pescanova y la empresa pirotécnica. Años después se ahogó su hermano en Monteferro y regresó a su casa con una gran depresión. Pero nunca abandonó su afición por la pirotecnia. Pertenece a una saga familiar de gran tradición en este sector con una empresa que tiene mucha historia en la comarca.

Pirotecnia

Fundada en 1934 por Argimiro Alborés García como pirotecnia La Moderna, la empresa empieza su actividad en la parroquia de Parada, donde se fabricaban los cohetes de ruido, fachadas de color y ruedas de fuego fijo. Años después en 1948 la empresa se traslada a las nuevas instalaciones en la misma parroquia.

En 1973 pasa a dirigirla Argimiro Alborés Couto continuando con la fabricación de cohetes de ruido e incorporando pequeños espectáculos de Lucería. Es con él donde acaba la etapa de pirotecnia la moderna y nace la actual Pirotecnia Argimiro Alborés.

Desde el 1993 pasa a ser dirigida por el nieto Argimiro Alborés Misa.

Es ahí cuando se remodela y amplia el taller rigiéndose a la normativa vigente y según el reglamento de explosivos e incorporando un punto de venta autorizado a particulares de pirotecnia recreativa, comercializando artículos para todo tipo de eventos.

Actualmente consta de una extensión de 23.000 metros cuadrados y una flota de vehículos propios. Rosa Misa Alborés, tía del pirotécnico, continúa echando las bombas de palenque en la parroquia tal y como lleva haciéndolo desde hace décadas porque lleva la pólvora en la sangre.