Los aparatos serán financiados por una empresa local y el Concello
18 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Los restaurantes de Mos no tendrán que preocuparse por hacerse con los medidores de CO2 que a partir del día 23 serán obligatorios para todos aquellos que den cenas más allá de las 21.00 horas. La próxima semana los tendrán en sus negocios tras facilitárselos el Concello. La alcaldesa, Nidia Arévalo, ya ha hecho el pedido a la empresa ubicada en ese municipio, Rodavigo, que a su vez aportará la mitad del coste, mientras que el resto corre a cargo del Ayuntamiento.
Los empresarios no solo se ahorrarán el coste, sino también el trabajo de buscar los aparatos en un momento en el que se los quitan de las manos a las empresas. El director general de Rodavigo, Nazario Correa, explica que encontrar un medidor de CO2 no es algo tan sencillo, ya que no está en cualquier tienda de electrodomésticos, aunque cree que se popularizarán de forma inmediata.
Los distribuidores temen que suceda con los medidores algo similar a lo que ocurrió con las mascarillas y que una demanda súbita y desproporcionada provoque un desabastecimiento en poco tiempo. En cualquier caso, explican que, a diferencia de las mascarillas o del gel hidroalcohólico, el medidor es una inversión que se hace una sola vez y no requiere ningún tipo de mantenimiento.
Los hosteleros de Mos han tenido la suerte de que el distribuidor de este material esté ubicado en el municipio, gracias a lo cual el Concello se convierte en pionero al obsequiar a los empresarios con el medidor.
«Desde esta administración local consideramos que a restauración precisa nestes intres máis apoio que nunca por atoparse nunha tesitura enormemente delicada, de xeito que estamos en constante busca de posibles vías de colaboración asumibles desde o Concello e esta é una delas», comenta la alcaldesa, Nidia Arévalo.
No es la primera vez que Rodavigo colabora con el Ayuntamiento mosense. La pasada primavera le entregó dos mil mascarillas infantiles FFP2 para repartir entre los niños de la localidad de entre tres y 14 años.
El precio de los medidores puede oscilar en función de los modelos y fabricantes entre los 80 y los 300 euros. De momento la hostelería que abre hasta las 21.00 horas no tiene obligación de colocarlo en sus locales para controlar la calidad del aire.