Una apuesta firme por el fútbol femenino en Mos

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

MOS

XOAN CARLOS GIL

El equipo de fútbol acaba de crear su segundo conjunto de chicas y quiere que sea solo un primer paso

08 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El coordinador de la UD Mos, Cristian Taibo, reconoce que cuando contactaron con él para proponerle asumir su actual cargo en el club no le plantearon un proyecto donde la sección femenina tuviera un papel destacado. Sin embargo, con el paso del tiempo lo ha sido hasta el punto de que a un equipo sénior que ha superado las expectativas -logró el ascenso a Primera Gallega hace dos temporadas y se mantuvo con solvencia la pasada- acaban de sumar uno sub-12 del que se sienten especialmente satisfechos.

El objetivo es seguir potenciando el fútbol femenino y que su cantera -hay niñas en el resto de categorías como parte de grupos mixtos- se siga incrementando y pueda llegar a nutrir a los dos conjuntos íntegramente formados por mujeres futbolistas de los que ahora disponen. Además, Luca, jugadora del equipo sénior, es la encargada de entrenar al nuevo bloque, que ya ha comenzado sus entrenamientos y con el que en el club están pletóricos.

«La Liga sub-12 es una competición nueva que crea este año la Federación y en cuanto lo supimos nos propusimos crear un equipo para poder participar. Fuimos a por ello», recuerda. Para lograrlo recurrieron a las redes sociales a incentivar la inscripción mediante ventajas como una cuota más reducida que en el resto de categorías. Veían, además, una oportunidad de satisfacer el deseo de niñas que se interesaban por jugar al fútbol. «Hay muchas a las que les atrae el deporte, pero para las que tener que formar parte de un equipo mixto es una barrera porque no se sienten cómodas», revela el entrenador.

Más allá de eso, Taibo cuenta que en los casos de pequeñas que sí aceptan formar parte de un equipo mixto, ese hecho se vive con total naturalidad. «La única diferencia es que a la hora de ducharse lo hacen en vestuarios distintos. Dentro del campo y en el día a día todos son iguales, se rigen por el mismo código disciplinario y se les exige lo mismo», recalca. A su juicio, la diferencia está en la actitud que por norma general distingue a unos de otras. «Las niñas son muy aplicadas en el fútbol. A la que le gusta jugar y quiere hacerlo, le pone todas las ganas del mundo. No voy a decir que siempre progresan más que los chicos, pero por lo general lo hace muy rápido», analiza. Considera que en la mayoría de los casos «son buenas jugadoras porque son buenas alumnas».

Ya se hable de chicos o chicas, el club se rige por unos valores innegociables que parten de la base de que «el resultado no es lo más importante, pero sí que llega como fruto de un trabajo». Por eso con todos sus equipos, que se han multiplicado en los últimos años con un sensible incremento de las licencias, se proponen dar a sus deportistas una buena formación. «Nos centramos en transmitir valores propios del deporte como que se sientan parte de un grupo, el respeto, el compañerismo. Damos mucha importancia al esfuerzo y a la superación de cada uno porque creemos en la meritocracia: quien se sacrifica por el equipo, merece una recompensa».

Taibo tiene claro que en la UD Mos no basta con acudir a todos los entrenamientos para luego tener protagonismo. «Las cosas hay que ganárselas y nada de que por ir ya cumpliste. Tienes que ir y esforzarte por mejorar, estar comprometido, creer en uno mismo y de la misma manera, en los compañeros». La exigencia se va incrementando a medida que aumenta la edad, pero la idea está clara desde que comienzan, con tres años. «Y la tasa de abandono en los que empiezan puede estar en un 1 o un 2 %. Los biberones y benjamines quieren venir a jugar aunque tengan fiebre. No es hasta que van al instituto y son un poco más mayores cuando algunos empiezan a plantearse dejarlo», subraya.

Con los más pequeños se trabaja la educación física de base: coordinación, lateralidad, juegos predeportivos y tareas muy sencillas para relacionarse con el balón e ir familiarizándose con él. En el nuevo equipo de niñas, algunas parten de cero a los doce años y tampoco es problema. La UD Mos tiene siempre las puertas abiertas para todos.