El coche del Chicle, una incógnita para el dueño del desguace de Mondariz

MONDARIZ

Oscar Vázquez

El empresario asegura «desconocer por completo» el origen del vehículo, que es víctima de una trampa por no haber podido legalizar el depósito de vehículos

06 sep 2019 . Actualizado a las 13:37 h.

El responsable del depósito de vehículos de Mondariz que ha sido denunciado por la Policía Autonómica, Manuel Fernández Pérez, afirma «desconocer por completo» que uno de los vehículos que almacenaba perteneciese a Enrique Abuín, autor confeso del crimen de Diana Quer. Asegura que lo compró a un cliente habitual y lo dejó en el terreno de Vilasobroso durante unos días a la espera de que los encargados de su recogida retornasen de vacaciones.

Asegura que en la finca investigada no se produce ninguna actividad y que los 64 coches que descubrió la Policía Autonómica solo llevan en este lugar desde el 5 de agosto, debido al parón de vacaciones de la empresa que los adquiere. «No entiendo porqué el presidente de la entidad local menor de Vilasobroso, Alexandre Estévez Gil, alerta a la Policía Autonómica de un riesgo que no existe. Todos los coches que se depositan allí están descontaminados», explica Fernández Pérez. «Lo más lógico hubiese sido hablar conmigo para trasladarme su preocupación», pero no hacer esto, asegura. La Policía Autonómica descubrió más de 40 coches con motor en esta superficie, así como miles de litros de aceite indebidamente almacenados.

El coche del Chicle, un Audi A4, se encuentra ahora prácticamente en el chasis. Fue la mujer de Abuín quien había denunciado su robo unos meses antes. La Guardia Civil investiga si detrás de esto hubo intención de destruir algunas pruebas. No es el vehículo en el que ocultó a Diana Quer, ni a otra chica de Barbanza que pudo escapar, y por lo que fue ya condenado.

José Manuel Fernández demuestra con un documento que «el Concello está al tanto de que en la finca existe un depósito de vehículos descontaminados». En 2015 solicitó la licencia de actividad de forma escrita y con toda la documentación que se le requería. «Fue el propio alcalde de entonces, Carlos Montes Bugarín, quien me dijo que no iba a tener problema, pero que modificase el proyecto para conceder la licencia a través del PXOM que estaba pendiente de aprobarse y no por las normas vigentes de 1988 como nosotros lo habíamos planteado y como creíamos lógico». Lamenta que continúa sin haber un Plan Xeral «y, por tanto, nosotros sin un permiso escrito, pero eso no significa que seamos unos ilegales ni unos delincuentes».

Durante los últimos cuatro años han reclamado en varias ocasiones la licencia, pero la respuesta del anterior alcalde siempre fue que dependía de la Xunta por la aparición de unos restos arqueológicos «que desconocemos y nadie sabe dónde se encuentran». «Estamos convencidos de que todo esto ha sido una trampa orquestada desde el primer día, en primer lugar por Xoán Carlos Montes Bugarín por hacernos cambiar un proyecto para basarlo en unas normas urbanísticas que tardarían en aprobarse y una encerrona aprovechada por el nuevo presidente de la entidad local para colgarse medallas políticas», afirma el empresario.