Tomates en la ventana, fresas en el balcón: huertos urbanos con sello de Moaña

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

MOAÑA

XOAN CARLOS GIL

Paula Lago continúa en el Mercado de Moaña la saga familiar dedicada a la producción de plantas para su cultivo, trabajo que sigue compaginando con el de marinera en temporada baja de la huerta

14 may 2021 . Actualizado a las 00:38 h.

Tener y cultivar una pequeña huerta es el sueño de muchos urbanitas y aunque tener acceso a un terreno no es tan fácil, se ha afianzado en las ciudades la posibilidad, hecha realidad, de ver cómo crecen en el entorno domiciliario hortalizas o plantas aromáticas que acaban sus días en ensaladas o aderezando guisos.

Para esas huertas que brotan en casa hay empresas como la que gestiona la moañesa Paula Lago Pereira, que contribuyen a que sea posible contando, además, con asesoría experta.

La profesional acude cada miércoles y sábados al Mercado de Moaña y monta allí su puesto, que se nutre del material que le proporciona O Plantío, el vivero familiar ubicado en Cangas. «En mi familia nos dedicamos al sector hortícola desde hace muchísimos años aunque yo solo llevo unos cinco años en esto», de hecho, según explica, ocupó el puesto en la plaza moañesa cuando se jubiló su tía . «Yo anteriormente trabajé en el mar, soy marinera y en temporada baja lo sigo compaginando», cuenta. En su faceta marina, Paula se dedica al arte del boliche. Pesca luras en la ría de Vigo con su marido, que es armador y tienen un pequeño barco. Eso ocurre entre los meses de julio a octubre. El resto del tiempo se centra en El Plantío de Paula, proyecto que con la pandemia ha visto crecer el interés de la clientela manera exponencial.

El 95 % de las plantas que despacha se producen en O Morrazo y cuentan con su registro fitosanitario propio. «Yo también hago semilleros de cebolla, puerro, repollo o coles para vender por lotes y también hago aromáticas en maceta. Pero por ejemplo el tomate y el pimiento, que es un poco más delicado, los preparan en el vivero».

Desde el confinamiento, el ritmo laboral de la moañesa cambió. «Me llama mucha gente para venir a buscar material aunque no sea día de mercado y también preparo envíos o los llevo a domicilio por el Morrazo y hasta en Vigo también llego. Antes no se me había pasado por la cabeza, pero durante la pandemia y desde que me di a conocer a través de las redes sociales gané muchos clientes nuevos. Mi hija estudió Publicidad y me ayuda a publicar cosas», reconoce. «El contacto con la naturaleza relaja y sabes lo que comes. Aunque sea en macetas, cultivas tú mismo y es una satisfacción», asegura.

Y es que además de vender a profesionales del sector agrario múltiples variedades hortícolas para plantar, entre sus compradores hay cada vez más personas sin experiencia a las que apetece iniciarse en el cultivo de algunas variedades que sin problema se pueden hacer en pequeños rincones de las casas, incluso en las que no tienen ni terraza ni balcón. «Conozco algunos que han hecho sus plantaciones de tomates colgados en las ventanas, que crecen muy bien hacia abajo y otros que tienen el balcón lleno de fresas y ni tan mal. Les salen estupendos», afirma añadiendo que también hacen sus cultivos en botellas de plástico y en garrafas.

En su página de Facebook se pueden ver algunas de las especies que se pueden plantar e ideas que ella aporta. En ese panorama destaca un fascinante arcoíris que llama la atención: zanahorias moradas o rojas, tomates azules, moras amarillas, berenjenas rayadas o blancas, que, asegura, son mucho más suaves, menos amargas que las clásicas. «Esas variedades más raras se podrían dar aquí. En este caso no proceden de nuestro vivero, yo las traigo igual aunque a la gente no le gusta experimentar con cosas nuevas, pero les insisto en que las prueben para darlas a conocer y suele ocurrir que vuelven y repiten», cuenta sobre ese abanico de colores que tiene su traducción en el sabor. Pero además de lo exótico, el plantío del mercado moañés expende mercancía del día a día, y más ahora, en temporada alta de las huertas: tomates, pimientos, lechugas, puerros, cebollas, calabacines, berenjenas, zanahorias... ahora es cuando más variedades hay. De cara al verano llega el repollo y en su caso, también el mar: días de lances y luras encebolladas.